George Weston, el hombre detrás del éxito de Primark

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Nieto del fundador, está ahora al mando de la exitosa multinacional de ropa «low cost»

10 oct 2021 . Actualizado a las 12:09 h.

Seguro que cualquiera que lea estas líneas sabe lo que es Primark, que para algo es una de las multinaciones de ropa low cost más populares del planeta. Harina de otro costal es si les pregunto por Associated British Foods (ABF). Pues bien, les cuento: es el grupo empresarial del que forma parte la conocida compañía irlandesa. Menos aún puede que les suene el nombre de W. Garfield Weston, el hombre que levantó ese imperio, del que forman parte un sinfín de marcas. Casi todas de alimentación. Entre ellas Azucarera o Twinings (la de los tés). Así que se podría decir que Primark es casi un bicho raro dentro de ABF.

Claro que si lo piensan bien, con matices, por supuesto, la cadena de ropa que nos ocupa se asemeja bastante a un supermercado: cantidades ingentes de productos, rotación prácticamente diaria y precios al alcance de casi cualquiera. Bicho raro, sí, pero es la joya de la corona del grupo, a cuyos mandos se sienta ahora George Weston (Reino Unido, 1964), nieto del fundador.

Pero la historia de este titán comenzó a fraguarse hace ya cuatro generaciones, en la panadería que el padre de W. Garfield Weston abrió en Toronto en el año 1882. Tras regresar de Europa, donde había combatido en Francia durante la Primera Guerra Mundial, Garfield convenció a su progenitor para que se embarcaran en la producción de repostería inglesa. La misma que ayudó a endulzar los duros momentos que vivió durante la contienda en el Viejo Continente. Y la idea arrasó. Tanto fue el éxito que pronto se expandieron por todo Canadá. Luego dieron el salto a Estados Unidos. También les fue bien.

Corría el año 1924 cuando falleció George Weston y se hizo su hijo con las riendas del negocio familiar. Contaba apenas 26 años. Más hábil que su padre en cuestiones financieras y mucho menos conservador que él, decidió salir de comprar y sumar nuevas empresas al futuro emporio familiar. La Gran Depresión le brindó jugosas oportunidades -compañías a precios de derribo-, que el joven Garfield supo aprovechar. En 1933 dio un paso más y volvió a cruzar el charco. Esta vez por negocios. Fue entonces cuando compró Mitchell & Mull, un fabricante de galletas escocés. Mataba así dos pájaros de un tiro: ponía un pie en el mercado británico y daba salida a los excedentes de trigo canadiense, entonces la primera exportación del país. Al Reino Unido acabaría trasladándose con su familia poco después, y hasta llegó a ser miembro de la Cámara de los Comunes.

Con todo, no es él el verdadero padre de Primark, sino Arthur Ryan, fallecido ya también, a quien la familia Weston contrató a finales de los sesenta, cuando él ejercía de sastre, para potenciar sus negocios en Irlanda. Fue a él a quien se le ocurrió eso de la moda low cost.

El Weston que lleva ahora el timón del negocio asió las riendas del conglomerado, gestionado por dos ramas de la familia, en el 2005. Desde entonces, el grupo no ha hecho otra cosa que crecer. Su acierto: apostar precisamente por la cadena de moda, que hoy cuenta con casi 400 tiendas repartidas por 12 países de Europa y América. Su principal reto: meterse de lleno en la harina de la venta digital, en la que aún no está. Sorprendentemente.