Concha Yoldi, la emperatriz de la colada

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La heredera de Persán, compañía líder en cuidado y limpieza del hogar,  preside una empresa cuya facturación se eleva a 423 millones y que emplea a 1.350 trabajadores

02 nov 2021 . Actualizado a las 14:37 h.

Lleva desde marzo al frente del imperio familiar. Fundado por su abuelo allá por 1941, el año pasado facturó 423 millones de euros, con una plantilla de 1.350 trabajadores. Nada más y nada menos. Y eso gracias a que millones de europeos hacen a diario la colada con los detergentes que ellos fabrican en España. En Sevilla, para más señas. A sus 66 años, Concha Yoldi es la heredera de Persán, compañía líder del sector del cuidado del hogar y personal del Viejo Continente y dueña de marcas como Flota, San o Puntomatic. Accedió a la presidencia de la compañía andaluza tras la muerte de su esposo, José Moya, con quien lideró la empresa familiar durante 25 años. Él, presidente; ella, vicepresidenta.

En el seno de la firma ha pasado Concha Yoldi por muchos cargos. Ha sido, entre otras cosas, jefa de compras y directora de compras y aprovisionamiento, además de, claro está, miembro del consejo de administración. Licenciada en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad de Sevilla, tiene Yoldi una larga trayectoria también en el mundo académico: es presidenta del Consejo Social de la Universidad de Sevilla. De casta le viene al galgo. En lo empresarial y en lo académico. A saber: su abuelo paterno fue el primer catedrático de Química Inorgánica de la Universidad de Sevilla; y el materno, el fundador de Persán. Ella, la mejor síntesis de las dos ramas familiares.

Y en nada ha cambiado su llegada a la presidencia esas dos caras de la misma moneda de Yoldi. Porque ella sigue a caballo entre los dos despachos, el que ocupa en la Universidad de Sevilla, en la antigua Fábrica de Tabacos de la capital andaluza y el que tiene en la planta de Persán, la mayor del sector en Europa y una de las más grandes del mundo. Allí se ha instalado en el ue ocupaba hasta no hace mucho su marido, fallecido en enero pasado tras una larga batalla contra el cáncer.

El matrimonio tomó las riendas del imperio familiar en 1994. La compañía atravesaba entonces por un momento delicado. Tanto que estaba prácticamente al borde de la quiebra. Consiguieron reflotarla. Entre otras cosas, con un crédito del Banco Atlántico que avalaron con su patrimonio personal. Y no solo lograron salir del bache, sino que convirtieron la firma en todo un referente del sector en Europa.

Por aquel entonces la nieta del fundador llevaba ya diez años en el negocio. Él no. Pero su experiencia en el mundo de la consultoría y el control presupuestario resultaron vitales para salvar la empresa. Buscaron la ayuda de fondos de capital riesgo y de las cajas sevillanas, que entraron en el capital. Tras la salida de estos, en el 2009, recuperaron el control total de la empresa. Desde el antiguo despacho de su esposo pilota hoy Concha Yoldi el plan de expansión del grupo, presente actualmente en España, Polonia y Francia, aunque el listado de países con los que trabaja es mucho más abultado. Hasta un total de 40. Seguro que no se conforma. Es una trabajadora «machaca», ella misma lo dice. Puro tesón.

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