Después de la exitosa carrera académica y de una vida de lucha contra el racismo, la nueva consejera es una elección personal de Joe Biden
22 may 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Acaba de hacer historia Lisa D. Cook (Milledgeville, Georgia, 1954). Y eso porque se ha convertido en la primera afroamericana que se sienta en el consejo de gobernadores de la Reserva Federal, el todopoderoso banco central estadounidense, inmerso ahora, como el Banco Central Europeo a este lado del Atlántico, en una lucha a brazo partido contra la inflación.
Lo ha hecho gracias a otra afroamericana que también hizo lo propio en su momento: la vicepresidenta Kamala Harris. Fue su voto de desempate el que inclinó la balanza del lado de Cook. Contaba esta con el favor de los 50 senadores demócratas y el rechazo de los 50 republicanos. No querían estos últimos que accediera al cargo. Le falta experiencia, mantenían. Nada más lejos de la realidad. Y es que basta un breve repaso por su abultado e impresionante currículo para que ese argumento se venga abajo.
Hija de un capellán baptista y de una profesora de enfermería, se ha pasado Cook la vida combatiendo las barreras raciales. Una batalla esa que le ha dejado alguna que otra cicatriz. Y no solo en el carácter. También físicas. Una de ellas todavía visible bajo su ojo derecho, fruto del ataque que sufrió de pequeña tras convertirse en una de las primeras niñas en asistir a un colegio reservado hasta entonces para blancos en su Georgia natal. Era hasta ahora profesora de Economía y Relaciones Internacionales en la Universidad de Míchigan. Fue la primera becaria Marshall del Spelman College y se licenció en Filosofía, Política y Economía en Oxford. Se doctoró en Economía por la Universidad de California, Berkeley, con especialización en macroeconomía y economía internacional. Ha sido profesora adjunta en la Kennedy School of Government de la Universidad de Harvard, directora adjunta de Investigación sobre África en el Centro para el Desarrollo Internacional de la Universidad de Harvard y becaria nacional de la Universidad de Stanford. También formó parte del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca cuando habitaba Obama el despacho oval.
Además de todo eso, Cook, que habla cinco idiomas, incluyendo el ruso y el wolof (Senegal y Gambia), y es también especialista en economía para el desarrollo internacional, campo en el que trabajó en la recuperación de Ruanda después del genocidio de 1994. En este último capítulo, ha centrado su trabajo en analizar la forma en que la discriminación afecta la economía estadounidense y cómo las recesiones causan más daño a los pobres. Así que preparación no le falta, por mucho que digan los representantes republicanos. Con esas credenciales en su haber, no estaría de más que se dejase la Reserva Federal impregnar de alguna de sus ideas, como la propuesta para convertir la política federal en una palanca para el crecimiento económico si se encamina a mejorar las oportunidades de las mujeres y de las minorías raciales. Puede que ahí tengan sus raíces los votos en contra que recibió su candidatura. Por lo demás, encaja el nombramiento de Lisa Cook, una elección personal del presidente Joe Biden, en la promesa electoral de este último de colocar a mujeres afroamericanas en puestos destacados de su Administración. Y tanto, porque la Reserva Federal es la institución financiera con mayor poder de la primera potencia económica del planeta. Además, su designación allana el camino para que el Senado confirme a Jerome Powell para un segundo mandato a los mandos del banco central estadounidense.
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