Un nuevo capitán para el coloso del mar

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Vicente Clerc se convierte en el primer no danés en ser máximo ejecutivo de Maersk, el gigante del transporte de mercancías

18 dic 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Corrían los primeros días del mes de noviembre cuando el gigante danés del transporte de mercancías Maersk anunciaba por sorpresa una inversión de 10.000 millones de euros para producir metanol verde en España. Dos plantas, una en Galicia (en Langosteira) y otra en Andalucía. Con respaldo de fondos europeos, eso sí; y la idea en mente de descarbonizar su gigantesca flota de portacontenedores, asegurándose así alimento para sus ingentes necesidades de energía.

Las líneas básicas de ese proyecto las rubricaron en una reunión Pedro Sánchez y el primer ejecutivo de la compañía nórdica, Soren Skou. Ahora, menos de dos meses después de eso, ya sabemos que no será Skou quien pilote el plan a los mandos de Maersk. La naviera ha decidido prescindir de sus servicios. A partir del próximo enero, las riendas de la compañía estarán en manos de Vincent Clerc, un hombre de la casa con un cuarto de siglo a sus espaldas dentro del gigante nórdico y hasta ahora responsable de la división de transporte marítimo y logística del grupo.

Suizo de 50 años, será Clerc el primer no danés en asir el timón del coloso en sus casi 120 años de historia. Desembarcó en Maersk en 1997 y a lo largo de su vasta trayectoria dentro de la compañía ha desempeñado diferentes cargos de responsabilidad, tanto en Norteamérica como en el cuartel general de los daneses en Copenhague. Licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad suiza de Lausana y MBA por la Columbia Business School y la London Business School, su llegada a lo más alto de la compañía se produce apenas un año después de que Robert Maersk Uggla, bisnieto del fundador del titán del transporte marítimo, ascendiera a la presidencia. Y coincide también con el fin de un momento extremadamente dulce para el negocio ya en el horizonte.

La lluvia de millones que regó las cuentas del negocio de los contenedores marítimos con el caos que provocó la crisis sanitaria en el abastecimiento está cesando. «Los fuertes vientos de cola que beneficiaron a las industrias de la cadena de suministro durante la pandemia están llegando a su fin», reconocía durante el anuncio del relevo de Skou el presidente de Maersk. Y es que parece que eso de elegir a los clientes primando a los que contratan más volumen, pagan a tiempo y cargan y descargan de manera más fluida, haciendo pagar al resto hasta cuatro veces más, se les va a acabar.

Una lluvia de millones esa que la mayor naviera del mundo, como muchas de sus competidoras, ha aprovechado para diversificarse: comprando nuevos aviones para su división aérea y adquiriendo alguna que otra firma de comercio electrónico, con la idea de cambiar el modelo de puerto a puerto por el de puerta a puerta.

Ese adiós a los vientos favorables de los últimos tiempos y esa búsqueda de alternativas con las que suplirlo es con lo que tendrá que lidiar el nuevo consejero delegado de Maersk a partir de enero. Tampoco vendría mal algo de trabajo en lo que a imagen se refiere. Y es que no despiertan últimamente las navieras precisamente pasiones. Al menos no de las que estremecen para bien. Están en la lista de los sospechosos de haber tensado la cuerda de la pandemia para lucrarse. Está más que preparado el helvético para esa misión —si es que está entre los objetivos de la firma— que para algo fue, entre otras cosas, director comercial y de márketing de la naviera. Conocimientos no le faltan. Hacen falta ganas...

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