«Sell in may and go away»

ÁLVARO GALIÑANES

MERCADOS

La Bolsa en Wall Street
La Bolsa en Wall Street BRYAN R. SMITH | AFP

23 abr 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Por estas fechas, cada año, muchos inversores se hacen la pregunta de si lo de sell in may and go away (vende en mayo y vete) es algo más que un juego de palabras y toca ponerlo en práctica. «Vender en mayo y marcharse» es un aforismo que hace referencia a la estrategia de inversión basada en la teoría de que el mercado bursátil obtiene peores resultados en el período comprendido entre mayo y octubre. Aunque pueda parecer lo contrario, este dicho no tiene su origen en Wall Street; sus raíces se remontan al distrito financiero londinense, cuando los inversores, escapando de los rigores del verano de esa ciudad en una época en la que ni la información ni los mercados fluían como hoy en día, hacían liquidez de sus inversiones y al final del estío, más o menos a mediados de septiembre, regresaban a la City para asistir a una de las cinco grandes carreras de caballos, la de St. Leger's Day. Así que la frase correcta debería ser «sell in may and go away until St. Leger's Day».

En no pocas ocasiones, se nos acusa a los economistas de encontrar siempre una razón para todo. Y la explicación de esta ciclicidad, que evidentemente no se cumple a rajatabla hoy en día que la información circula de manera instantánea y que los mercados no tienen ningún problema de liquidez, puede tener origen en el mayor gasto estacional de la mano precisamente del mayor consumo energético, de la concentración de fiestas y celebraciones respecto a otras épocas del año, además de que hay más dinero circulando con las bonificaciones de fin de año y devoluciones de impuestos.

La comparativa

¿Funciona esto realmente? En el dicho hay una parte de verdad, así que dejen que me explique. Como siempre, para hacer cálculos, los que nos dedicamos al mundo de las inversiones, solemos tirar de series norteamericanas que son más longevas y, por tanto, más estables estadísticamente. Para este caso, he tomado la serie de precios del índice más representativo de la bolsa norteamericana que es el S&P500, desde enero de 1960 hasta marzo del 2023, y comparando los resultados que habríamos obtenido invirtiendo a lo largo de todo el año frente a la estrategia de invertir solo durante los meses de noviembre a abril (es decir, saliendo del mercado de mayo a octubre).

Lo primero que tenemos que hacer es observar el comportamiento de la bolsa a lo largo de cada uno de los meses y analizar los resultados de ambas estrategias. Observando las rentabilidades mensuales (un ejercicio muy básico), vemos que el promedio de las rentabilidades durante los setecientos cincuenta y ocho meses que transcurren entre 1960 y marzo del 2023, la rentabilidad promedio de todos esos meses es más o menos de un 0,60 %; teniendo en cuenta que la dispersión de rentabilidades es muy grande porque en ese período hay un mes que la bolsa sube más de un 16 % (octubre de 1964) y otro mes en el que la bolsa se deja casi un 22 % (octubre de 1987 ). Más o menos, cuatro de cada diez meses la bolsa baja y el comportamiento promedio de los meses en los que el S&P500 termina en positivo y negativo es muy parecido, un 3,4 % arriba y también abajo.

Y qué sucede si aplicamos una estrategia de sell in may invirtiendo de manera sistemática solo durante los meses de noviembre a abril. Los resultados son distintos en términos de rentabilidad, pero, sobre todo de riesgo si aplicamos esta estrategia de manera recurrente y a medio plazo, como es lo adecuado cuando uno invierte en activos financieros. Si hacemos los cálculos tomando períodos —por ejemplo, de tres años de manera consecutiva de enero de 1960 a enero de 1963, de febrero de 1960 a febrero de mil 1963 y así sucesivamente—, obtenemos más de setecientos veinte períodos para ver si esto funciona de verdad.

Comparando resultados, observamos que la rentabilidad media de la estrategia es de un 6,3 % respecto al 7,5 % de mantener la inversión todo el año. Sin embargo, esta diferencia de algo más de un punto de rentabilidad nos brinda excelentes resultados en términos de riesgo. Digo esto porque, cuando las cosas se tuercen, mantener la inversión todo el año nos brinda de media caídas en períodos de tres años de más del 6 %, frente al 3 % de la estrategia sell in may (¡perdemos solo la mitad!), además de que el número de veces que perdemos dinero invirtiendo en períodos de tres años es significativamente más bajo y esto es porque durante los meses de mayo a octubre es cuando más turbulencias se han producido a lo largo de los años.

Incertidumbre

La estrategia de «vender en mayo, marcharse y volver el día de St. Leger's Day» parece sencilla (no asegura no perder), pero todos sabemos que los mercados financieros no son tan simples. Esta estrategia presupone que el mercado siempre obtendrá peores resultados durante los meses en los que no tenemos inversiones y no tiene por qué ser siempre así. Hay años más fáciles y otros menos tranquilos, como los que hemos vivido desde el 2018, viendo que la volatilidad del mercado es superior a la histórica, y especialmente alta estos últimos tres años. Además, este 2023 se dan algunas circunstancias singulares, porque venimos del año pasado marcado por el estigma de la recesión fruto de los coletazos de los enésimos rebrotes pandémicos, la guerra de Ucrania, las desmesuradas subidas de precios de la energía, y las continuas y abultadísimas subidas de tipos de interés de todos los bancos centrales para drenar liquidez y frenar la desbordante inflación.

Si se cumplen las estimaciones del consenso del mercado, en el 2023 tampoco tendremos recesión y la inflación terminará por ceder, aunque la subyacente — que recuerden es la que no tiene en cuenta energía (electricidad, gasolina, gas…) ni alimentos no elaborados— está más alta de lo que a todos nos gustaría, y se resiste a bajar. Precios todavía altos, sumado a las turbulencias del sector financiero de estas últimas semanas, puede poner un poco en jaque los resultados empresariales del segundo trimestre; pero, sobre todo, la visibilidad de lo que nos espera para la segunda mitad del año en un entorno de tipos sensiblemente altos y condiciones financieras menos laxas para consumidores y empresas. Y es por eso por lo que creo que, más tarde o más temprano, será momento primero de levantar el pie del acelerador y luego pisar un poco el freno en su nivel de riesgo.

Cada inversor tiene su nivel de tolerancia al riesgo y saben que yo no doy recomendaciones de inversión sin conocer las particularidades y necesidades financieras de cada uno, pero desde comienzo de año hemos estado recomendando estar sobreponderados en renta variable (que no nos ha ido nada mal) y en algún momento, antes del verano, va a ser momento de aflojar, porque el mercado va a empezar a descontar más tarde o más temprano que las cosas no van a ir tan bien como hasta ahora y puede que no sea mala estrategia poner en práctica reducir riesgo en estos días y luego ya veremos. Entre tanto, se lo piensan... estos días, disfruten de los preparativos de Os maios, que es lo que toca.

Alvaro Galiñanes Franco. Director de Inversiones de Santander Private Banking Gestión.