Un primo con mucho salero

MERCADOS

ABRALDES

Jesús Navarro lleva las riendas de Carmencita, el imperio español de las especias que ha cumplido cien años

03 dic 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Sus abuelos empezaron vendiendo carteritas de azafrán de 90 miligramos que envasaban en casa. Y hoy, cien años después de aquello, su nieto, Jesús Navarro Alberoa (Novelda, 1959) lleva las riendas, junto a dos de sus primos, de Carmencita (Jesús Navarro S.A.), la compañía líder del mercado nacional de especias y proveedora de Mercadona. Ha pasado un siglo y siguen en Novelda, el pueblo agrícola del interior de Alicante desde donde, en 1923, comenzó el comercio del azafrán que llegaba de Albacete y se exportaba luego a Asia y a África. Un negocio en el que Jesús Navarro Jover, el fundador, vio la oportunidad de realizar un sueño largamente acariciado: el de dejar de trabajar para otros y ser su propio jefe.

Había aprendido a leer siendo ya un adolescente. Había comprendido que aquella era la única manera de escapar de la pobreza cuando se nace en el seno de una familia de campesinos con seis hijos. Ni que decir tiene que empezó a trabajar de niño. Primero recogiendo estiércol por las calles para venderlo; y, más tarde, trabajando en una fábrica de zapatillas de esparto. Tantas hacía, que el dinero que le pagaban por ello acabó siendo el principal sustento del hogar.

Después llegaría el amor. Con la hija del herrero, Carmen Valero. Pieza fundamental en la historia de Carmencita. De sus manos salieron aquellas primeras carteritas de azafrán que luego Jesús vendía casa por casa, antes, mucho antes, de empezar a exportarlas. En el pueblo eran muchos los que se dedicaban a aquel floreciente negocio y, para diferenciarse de la competencia, a Jesús se le ocurrió la idea de hacerle una foto a su hija Carmencita, nacida en 1926, y estamparla en las carteritas.

La imagen de aquella niña con sombrero cordobés todavía habita junto a los fogones en muchos hogares españoles en los que todavía queda hueco, en medio de tanta premura, para los guisos a fuego lento. De esos que solo con olerlos nos transportan hasta las cocinas de nuestras madres y abuelas, donde las especias se aliaban con el mimo para obrar el prodigio. Pura alquimia. ¡Eso sí que eran dietas milagro! Hummmm

Esa niña de los sobrecitos era la tía de Jesús Navarro Alberoa, director general de la compañía; y la madre de Jesús Navarro Navarro, el mayor de los tres primos y presidente de la firma. El trío de gestores lo cierra Francisco, Paco, Escolano Navarro, el director comercial.

Su abuela les dijo que lo más importante que tenían que hacer en la vida era quererse. Y ellos mantienen que han seguido ese consejo al pie de la letra. Y que, gracias a eso, no solo han logrado mantener intacto el legado de sus antepasados, sino que lo han hecho más grande.

Y es que, lo que empezó con unas bolsitas de azafrán, ha acabado desembocando en más de 750 referencias distintas basadas en unos 60 productos diferentes, que Jesús y sus primos y socios prueban siempre antes de ponerlos a la venta: desde azafrán de Irán a pimienta de Vietnam, pasando por cúrcuma de la India, canela de Sri Lanka, orégano de Bolivia, y piñones, anís, tomillo y romero de España.

Ya no son solo envasadores de especias. Controlan su tratamiento, la molienda, la mezcla y la calidad desde que se cultivan. Las venden en más de 60 países. El año pasado facturaron 88 millones de euros y dan empleo a 427 personas. La mayoría de la zona próxima a Novelda, donde han invertido 20 millones de euros para levantar una nueva fábrica, la más moderna de Europa, con la vista puesta en Estados Unidos y Oriente Medio, dos mercados por los que apuestan fuerte.

Cien años sazonando paladares que ahora incorporan también un pequeño toque con sabor a Galicia: el molinillo diseñado por Sargadelos para conmemorar el centenario.