La fallecida Isabel II y su hijo Carlos III obtuvieron en diez años 72 millones por la «bona vacantia», una figura controvertida que se aplica en los ducados de Lancaster y Cornualles
13 dic 2023 . Actualizado a las 09:08 h.¿Podría un convencido republicano acabar dejándole todos sus bienes a una monarquía? Por disparatada que suene la pregunta, en el caso del Reino Unido la respuesta es afirmativa. Especialmente si esa personas no tiene descendientes a los que dejarles sus posesiones materiales o no redactó un testamento. Y todo ello gracias a una controvertida figura legal llamada bona vacantia, la cual permite a la corona hacerse con los bienes de un ciudadano que hubiera fallecido sin herederos. El diario londinense The Guardian ha revelado que, a lo largo de la última década, unos 61,8 millones de libras (72 millones de euros) correspondientes a bienes y propiedades de ciudadanos que murieron al norte de Inglaterra sin sucesores cercanos terminaron engrosando las cuentas de la fallecida Isabel II y luego de su hijo, el actual rey Carlos III.
Bona vacantia se traduce como «bienes sin dueño» y se refiere a un proceso mediante el cual la corona reclama las propiedades de las personas que «mueren sin herederos en Inglaterra y Gales», ha explicado en un artículo la profesora de la Universidad de Nottingham Trent, Sheila Hamilton, quien es especialista en sucesiones. La bona vacantia opera cuando una persona muere sin dejar un testamento válido en el que disponga qué hacer con sus bienes y si no hay heredero. En este escenario, el Tesoro busca hacerse con los bienes para así financiar servicios públicos y cualquier excedente es transferido a la corona. Sin embargo, esta norma tiene una excepción y es la que afecta a las personas que viven en dos instituciones medievales creadas para financiar al monarca y a su heredero. Se trata de los ducados de Lancaster, en el norte; y de Cornualles, en el suroeste; el primero costea los gastos personales de Carlos III, y el segundo del actual príncipe Gales, Guillermo.
Cada vez más rico
Los ducados son grandes extensiones de tierras, las cuales abarcan poblaciones, pero también incluyen hoteles, castillos, oficinas, almacenes, tiendas y propiedades urbanas, incluidas algunas de las más lujosas de Londres, que son administradas por una estructura similar al de una empresa privada. Muchas de las propiedades y de los terrenos de estos ducados están alquilados a particulares y esa es su principal fuente de ingresos. Carlos III ya recibió 26 millones de libras (30,3 millones de euros) en su primer año en el trono del Ducado de Lancaster, como informó la prensa británica. Los recursos obtenidos a través de estos ducados se consideran «privados» y son diferentes al presupuesto de más de 86,3 millones de libras (100 millones de euros) que este año recibió la Casa Real británica.
Estos últimos fondos se emplearon en financiar los 2.700 eventos a los que acudieron los miembros de la familia real, para costear sus viajes dentro y fuera del país y para pagar al equipo que trabaja para ellos. La investigación periodística reveló que buena parte de los fondos obtenidos a través de la bona vacantia son usados por los administradores del ducado de Lancaster para reformar otras propiedades de la Casa Real que terminarán en alquiler. Paradójicamente, varios de los dueños originales de los fondos eran personas que pasaron sus últimos años en viviendas deterioradas o de protección social, aseguró The Guardian.
Control de daños
Las revelaciones periodísticas obligaron a actuar a Buckingham. La Casa Real anunció que, en los próximos meses, el ducado de Lancaster, en nombre del monarca, entregará 100 millones de libras (116 millones de euros) a organizaciones de caridad. Sin embargo, hasta el momento, la monarquía no ha asegurado que vaya a dejar de usar la controvertida figura de la bona vacantia.