No ha sido en Flandes, sino en Seúl, pero la pica está puesta. España gana peso en la cúpula de la automoción mundial. José Muñoz, mallorquín de 59 años, es el nuevo consejero delegado y presidente de Hyundai Motor Company. Bueno, lo será a partir de enero, cuando se convertirá en la primera persona no coreana que pilota la compañía, en sustitución de Chang Jae-hoon, ascendido a vicepresidente del Grupo Hyundai Motor.
Doctorado en Ingeniería Nuclear en la Universidad Politécnica de Madrid y con un MBA ejecutivo en el IE Business School de Madrid, además de haber completado programas de gestión ejecutiva en la Cranfield School of Management del Reino Unido y en la Insead Business School de Francia, tiene también Muñoz la nacionalidad estadounidense.
En Hyundai desembarcó el directivo en el 2019. Para hacerse cargo de la presidencia y la dirección de operaciones del fabricante en Norteamérica. Venía de la japonesa Nissan, donde también era el máximo responsable de operaciones en Norteamérica. Y en China. Abandonó el grupo, a donde había arribado en el 2004, apenas dos meses después de la detención de Carlos Ghosn. Era uno de sus hombres de confianza y su nombre estuvo entre los que sonaron para sustituirlo. Se fue, pero no tardó en encontrar trabajo. En Nissan ya le tenían echado el ojo.
De él, hasta ahora presidente y director de operaciones global de Hyundai Motor Company (responsable del rendimiento de la compañía en Europa, la India, Oriente Medio, África y América), han destacados sus jefes esta semana, cuando se dio a conocer el nombramiento, que ha contribuido «al desempeño sin precedentes de la compañía». Méritos no le han faltado por hacer, desde luego. Y es que, ha tenido que lidiar el mallorquín con vientos poco favorables desde su cargo. A saber: crisis de los microchips, precios por las nubes y hasta guerras como las de Ucrania que han tensionado, hasta casi la ruptura, la cadena de suministros. Cierto es que ha contado Muñoz con algún que otro as en la manga para capear el temporal, como el liderazgo de Corea del Sur en la fabricación de chips, que resultó todo un capote para el español cuando vinieron mal dadas por ese lado.
Lo suyo, de todas formas, ha sido la ascensión peldaño a peldaño. Tanto, que empezó en esto de la automoción en 1989. Vendiendo coches en un concesionario. Y de ahí hasta lo más alto que ha llegado hasta ahora un español en ese mundo. El secreto de su éxito lo ha relatado él mismo en más de una ocasión: «La importancia del PR. ¿Las relaciones públicas? No, el poder de los resultados (Power Results en inglés)».
Pretende Hyundai poniéndolo al volante «consolidar el crecimiento sostenible y prepararse mejor para las incertidumbres en el entorno empresarial mundial.... colocando a líderes con trayectorias verificadas en puestos clave». Eso han dicho.
El reto al que se enfrenta no es menor, pero lo tiene claro: «Tener éxito en esta industria desafiante requiere excelencia en toda la cadena de valor, desde el diseño y la ingeniería hasta la fabricación, las ventas y el servicio, junto con un equipo talentoso que sea capaz de cumplir en cada paso del camino. Estoy entusiasmado y motivado por el desafío que tengo por delante». Eso dice.