Después de unas semanas en las que los gastos se multiplican, los españoles afrontan la temida cuesta de enero arrastrando el pago de la financiación solicitada para esta época festiva
05 ene 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Hace unos días, el Banco de España revelaba que el dinero guardado por las familias en los bancos se había elevado un 4,7 % en el mes de noviembre —último del que se tienen datos— con respecto al mismo período de un año antes. Los hogares de nuestro país atesoran ya 1,028 billones de euros a resguardo de las entidades bancarias. Y ese número, en sí mismo, es todo un hito. Porque esta cifra se queda tan solo un 0,27 % por debajo del récord histórico registrado el pasado junio.
La realidad es que de un tiempo a esta parte, parecía que la tendencia de los hogares —sobre todo al calor de la pandemia y ante la imposibilidad de salir para cometer grandes dispendios— iba encaminada hacia el aumento, de forma más o menos sostenida, los depósitos bancarios. Eran muchos los que, ante el temor de que la crisis del covid trajera una tremenda época de vacas flacas, se apretaron el cinturón y optaron por una prudencia en el gasto. Pero agosto del 2022 provocó un cambio. Por aquel entonces, fueron muchos los que decidieron abrir la hucha —en total se retiraron unos 3.800 millones de euros en depósitos— y destinar el dinero, entre otras cosas, a amortizar préstamos (como los hipotecarios) ante el progresivo aumento de los tipos decretado en los despachos del BCE.
Pero esta es solo una cara de la misma moneda. Pertrechar las huchas y encaminarse hacia al ahorro no es una realidad que pueda repetirse en muchos hogares. Y los últimos meses del año se convierten en todo un reto para muchos españoles, que miran con cierto temor hacia las Navidades conscientes de que deben hacer frente a una época de desmanes en el gasto. De hecho, una reciente encuesta de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), dejó patente que esta época festiva supone un reto para muchos. La mitad de los encuestados asegura que siempre acaba viéndose abocado a gastar más de lo que había planeado en un inicio y un 35 % de los españoles dice sentirse estresado por las compras y los regalos.
Ante estas circunstancias, son muchos los que optan por pagar a plazos o atrasar las obligaciones financieras en el calendario. Un estudio de la entidad financiera Oney apunta a que uno de cada cuatro consumidores de nuestro país se plantea recurrir a la financiación para pagar sus compras navideñas: «Sobre todo, los hombres de entre 18 y 34 años que tienen ingresos mensuales altos», resumen los expertos de esta entidad. También hay ciertas preferencias en los métodos. Así, el 21 % opta por aplazar el pago si el comercio se lo permite y más del 5 % tendrá que recurrir directamente a un préstamo personal para poder afrontar el gasto estas fiestas.
La situación a la que muchos se enfrentan es tal, que un 7 % de los españoles afirma con rotundidad que solo comprará en aquellos establecimientos que ofrezcan formas de financiación: «La flexibilidad financiera es clave para muchos consumidores, sobre todo en épocas como la Navidad, donde los gastos tienden a incrementarse. En este sentido, contar con diferentes opciones de financiación permite una mejor gestión del presupuesto y ayuda a los consumidores a tomar las decisiones de compra más convenientes», resume Salvador Loscertales, director general de España de Oney.
Se repite cada año
No es este un recurso que sea novedad. De hecho, según los datos que manejan en la Asociación de Usuarios Financieros (Asufin), en el 2023, una de cada tres familias ya tuvo que recurrir a esta fórmula para poder sobrevivir a la Navidad.
Y no siempre lo hacen de la forma más provechosa. Tal y como destacan desde Kelisto, los préstamos personales son la opción más barata para financiar las compras de Navidad, ya que las tarjetas de crédito, de media, cobran más del doble de intereses: «En concreto, un usuario que quisiera financiar los gastos de las próximas fiestas (unos 1.000 euros) a doce meses, pagaría un interés promedio del 7,44 % con un préstamo personal, mientras que tendría que asumir un TIN del 18,12 % con tarjeta de crédito: es decir, pagaría un 144 % más», resumen desde Kelisto.
Calculadora en mano, en la práctica esto significaría que comprar a plazos con tarjeta de crédito implicaría pagar a la entidad prestamista un total de 100,85 euros en intereses, frente a los 40,75 euros que se abonarían con un préstamo personal: «Tanto si optas por las tarjetas de crédito como si prefieres un préstamo personal para financiar las compras de Navidad, comparar ofertas es clave. ¿El motivo? Podrás ahorrar entre 40 y 90 euros en intereses, que es la diferencia entre las ofertas más baratas y más caras que ofrecen bancos y financieras», relatan desde Kelisto.
Una cuesta muy dura
Con un saldo que no para de bajar a causa de las Navidades y el incremento de precios que se prevé en este primer mes del año, la tan temida cuesta de enero llegará este año muy empinada para muchas familias. Conscientes de los peligros que acechan a los bolsillos de muchos ciudadanos, el Banco de España publicó hace unos días una serie de consejos financieros para afrontar el arranque del 2025. Ante las rebajas que comienzan oficialmente mañana, el regulador recomienda planificar el presupuesto y mantenerlo lo más posible. Debemos decidir cuánto queremos gastar y hacer una lista de los dispendios previstos por orden de prioridad. En caso de que el dinero no llegue, habrá que reducir las partidas. Además, es recomendable aprovechar los descuentos y comprar anticipadamente todo lo que se pueda.
El regulador insiste en la importancia de mantener los objetivos mensuales de ahorro y no perder la costumbre incluso a pesar del incremento de gastos propios de estas fechas: «Con un poquito de esfuerzo y planificación, podemos disfrutar de las fiestas sin dejarnos el sueldo».
El 37 % vive con lo justo, mientras la brecha entre ricos y pobres se sigue agrandando
La espiral inflacionista que ha arrastrado a los bolsillos de los españoles estos últimos años ha tenido graves consecuencias para muchas familias. Casi cuatro de cada diez (concretamente un 37 %) aseguran que tiene que vivir con lo justo, según la última edición del Monitor del Coste de Vida que realiza Ipsos. Nada desdeñable es el porcentaje (un 21 %) que dice que el mes se le acaba haciendo grande y termina topándose con dificultades para llegar hasta el final.
Al otro lado de la balanza se sitúan los que aseguran afrontar su día a día de forma cómoda. Son un 7 % de la población, a los que habría que sumar otro 33 % que dice, simplemente llevarlo bien.
«Mientras que los datos de las personas con ingresos altos no varían mucho, desde que comenzó la escalada de la inflación sí se percibe que las personas con ingresos bajos son más propensas a admitir que pasan dificultades económicas», resumen desde Ipsos.
Crece el pesimismo
No son muy optimistas los españoles. Porque casi dos tercios de la población (un 61 %) piensan que la tasa de inflación aumentará en los próximos 12 meses y siete de cada diez están convencidos de que el coste de sus compras de alimentos aumentará en los próximos seis meses. «El mismo porcentaje que piensa que también se incrementará el precio de gas y electricidad, así como el de combustible (60 %). Además, la mayoría coincide en que el coste de sociabilizar —entendido como la salida a bares, restaurantes, cine, ocio nocturno y demás— también será sustancialmente más caro», explican desde Ipsos. Tras dos años en los que los tiques de la compra no mostraban visos de dejar de subir, parece que los consumidores se han acostumbrado a esta situación: «Cada vez más gente se muestra pesimista sobre la vuelta a la normalidad de la inflación, la mayoría piensa que volverá después del 2025».