Fuego en el hielo

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ABRALDES

12 ene 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

«Groenlandia es nuestra. No estamos en venta y nunca lo estaremos». Es la categórica respuesta del primer ministro de Groenlandia, Múte Bourup Egede (Nuuk, 1987) a los dislates de Donald Trump, en unos días flamante nuevo presidente de Estados Unidos. Quiere el futuro inquilino de la Casa Blanca comprar la mayor isla del mundo. Por las buenas, o por las malas. Al menos eso es lo que se desprende de sus insinuaciones. Porque no descarta, ha soltado, hacerlo por la fuerza: con presiones militares o económicas. Ya verá él. Que para eso es quien manda en el país más poderoso del planeta.

Aunque, no hay mal que por bien no venga. Las, por ahora, bravuconadas de Trump, le han servido a Egede para volver a poner sobre la mesa sus ansias de independencia. Nunca las ha escondido el joven primer ministro de Groenlandia, bajo soberanía danesa.

Tampoco es la primera vez que el presidente electo de Estados Unidos plantea la posibilidad de comprar la isla, un territorio de ingentes recursos naturales (hidrocarburos y tierras raras, fundamentalmente) y con un enorme valor geoestratégico para hacer frente a las ambiciones de Rusia y China —que tampoco se quedan cortas— en el Ártico. Ya hizo lo propio Trump durante su primer mandato, en el 2019. Y hasta llegó a cancelar un viaje oficial al país nórdico ante la negativa de Dinamarca, que calificó la pretensión de «absurda», a plegarse a sus deseos. La cancelación de aquella visita llegó vía Twitter, hoy X y en manos de Elon Musk, ahora uña y carne con Trump. Tanto monta..., en eso de hacer subir el pan con solo abrir la boca.

Pero no es Egede de los que se amilanan. Nunca lo ha sido. Nació el primer ministro groenlandés en Nuuk, la capital del territorio autónomo, pero creció en Narsaq, en el sur de la isla. A la escuela secundaria asistió en Qaqortoq. Después de eso, inició los estudios de Historia Cultural y Social en la Universidad de Groenlandia. No acabó la carrera. Lo dejó para asir las riendas del negocio familiar: una empresa de forrajes.

El interés por la política se le acentuaría más tarde, porque tenerlo, lo ha tenido desde siempre. O casi. En el 2007 fue miembro del parlamento juvenil de Groenlandia, el Inuusuttut Inatsisartui; y entre el 2013 y el 2015, presidente del Inuusuttut Ataqatigiit, el ala juvenil de Inuit Ataqatigiit, el partido del que ahora es presidente y que lo ha llevado a ser cabeza del Ejecutivo groenlandés. Es el primer ministro más joven que ha tenido Groenlandia, y está en el puesto desde abril del 2021.

Decidido está Egede a defender lo suyo. Con uñas y dientes. Y no está solo en esa lucha. Ni que decir tiene que cuenta con el apoyo de Dinamarca,sin intención alguna de dejarse intimidar por las presiones de Trump. Pero también con el respaldo de otros pesos pesados europeos como Alemania. El canciller alemán, Olaf Scholz, que se enfrenta a una complicada campaña electoral para los comicios del 23 de febrero —es tercero en los sondeos por detrás de los democristianos de la CDU y de la extrema derecha de Alternativa por Alemania (AfD)—, no ha dudado en invocar «el principio de la inviolabilidad de las fronteras» ante la amenazas expansionistas del inminente presidente, con el telón de fondo del apoyo expreso de Musk a la ultraderecha germana. En fin, que la presidencia de Trump promete ser de todo, menos aburrida para cualquier rincón del planeta.

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