La estacionalidad y las tensiones geopolíticas están detrás de la escalada de los precios del gas y del petróleo. La oferta de algunos metales es escasa, lo que ayuda a apuntalar sus cotizaciones
19 ene 2025 . Actualizado a las 05:00 h.La cotización del petróleo se ha disparado en torno al 7 % en las dos primeras semanas del 2025. La vertiginosa escalada del precio de este recurso esencial para la economía mundial (es el más utilizado para impulsar la maquinaria industrial, el transporte y la producción de energía eléctrica) no ha llegado sola. Otras materias primas se están encareciendo aún más. La apreciación del gas natural ronda el 9 % y la del aceite para calefacción se acerca al 10 %.
La estacionalidad es una de las razones que está detrás del repunte de los precios. Con el frío invernal aumenta la demanda de energía para calefacción y las últimas semanas han sido particularmente duras en Norteamérica, donde se concentra buena parte del consumo mundial, presionando al alza los precios del gas.
Los del crudo, por su parte, están tensionados con el telón de fondo de las nuevas sanciones anunciadas por EE. UU. contra el sector petrolero ruso. La saliente Administración Biden emitió el pasado día 10 una serie de medidas para frenar los ingresos petroleros rusos, una fuente crítica de financiación para sus esfuerzos militares en Ucrania. Las sanciones, que se centran en las grandes petroleras Gazoprom Net y Surgutneftegas, en los comerciantes opacos de petróleo y en 183 buques de la flota fantasma, pretenden apretar las tuercas a las exportaciones energéticas de Rusia y restringir su acceso a los mercados mundiales.
Pero más allá de las vicisitudes que afectan a las materias primas energéticas también son significativos los aumentos de los costes de algunos metales industriales como el cobre (destaca por su utilidad en la construcción, la red eléctrica, la maquinaria industrial y el transporte) que sube más del 7 % solo desde el 1 de enero, o la plata (se usa como catalizador y conductor) que supera el 5 %.
El riesgo más evidente de un ascenso sostenido de los precios de las materias primas sería su impacto en la inflación de las principales economías desarrolladas y, consecuentemente, en las decisiones sobre política monetaria de los bancos centrales en pleno proceso de relajación de las condiciones financieras, tan necesario particularmente en Europa para reavivar una economía que languidece.
Sin embargo, para que este peligro se materialice, el encarecimiento debería ser muy sustancial. «Es cierto que las subidas de los precios de las materias primas y especialmente de las energéticas afectan a la inflación. Diríamos que ahora vienen a no ayudar porque frenarían las bajadas de los tipos de interés. Pero tampoco se les podría echar mucha culpa porque lo que más está influyendo para mantener alta la inflación es el sector servicios, es decir, los elevados niveles de consumo», comenta Jorge Lage, analista de CM Capital Markets.
Hay que tener en cuenta, además, de dónde vienen los precios de las materias primas: el escenario justificaría en general un movimiento alcista, al menos a corto plazo. Dejando de lado el oro, que brilló durante todo el año pasado y llegó escalar a un máximo histórico de 2.800 dólares por onza, el ejercicio tuvo notables altibajos para estos activos y dispersiones claras en su comportamiento. Pero según el Observatorio Internacional de Materias Primas, elaborado por Basque Trade & Investment (BasqueTrade), la agencia para la internacionalización de empresas vascas integrada en Grupo SPRI, se estima que los precios del petróleo y las materias primas industriales cayeron algo más del 10 % durante el 2024. El barril de brent, el crudo de referencia en Europa, acabó el pasado ejercicio en torno a los 75 dólares, muy lejos de los 122 dólares que alcanzó en junio del 2022.
Bajada del crudo
¿Qué se puede esperar para el resto del año recién comenzado?
Para los analistas de Bank of America (BofA) Securities, los fundamentos apuntan a un descenso de los precios del petróleo, los metales (y también de los cereales) en el primer semestre del 2025, pero las perspectivas pueden mejorar si China adopta medidas de estímulo o llega a acuerdos comerciales.
De momento, los aranceles prometidos por Donald Trump en la campaña electoral que le llevó a una victoria contundente en los comicios del pasado 5 de noviembre en EE. UU. y que podría ir anunciando a partir de su llegada mañana a la Casa Blanca (un 60 % para las importaciones procedentes de China y del 10 % en términos globales) y la debilidad de los mercados emergentes arrojan una nube bajista sobre las materias primas.
«La amenaza de los aranceles creó un miniciclo de reaprovisionamiento en el cuarto trimestre del 2024, antes de que se adopten medidas políticas. Pero las tensiones comerciales mundiales pueden mermar la actividad industrial en el primer semestre de este año, lo que probablemente perjudique a la demanda de la mayoría de las materias primas cíclicas, como el petróleo y los metales industriales», explican en BofA Securities.
Aun así, cada mercado tiene su propia dinámica fundamental. El gasto de la transición energética en vehículos eléctricos y camiones propulsados por GNL sigue apoyando la demanda de metales, gas y electricidad en el 2025, mientras que estas mismas fuerzas están erosionando simultáneamente el uso mundial de gasolina y gasóleo. La oferta de cobre, aluminio y zinc sigue siendo escasa, lo que ayudaría a apuntalar los precios. Y en el caso del níquel, Indonesia pretende frenar el crecimiento desenfrenado de la producción de los últimos años, lo que probablemente reducirá los excedentes y apoyará los precios en el 2025 y el 2026.
Por otro lado, la sólida oferta de los países no pertenecientes a la OPEP+ y los barriles adicionales de la OPEP podrían provocar un exceso de oferta en el mercado del petróleo. En BofA Securities prevén que el barril de brent se pague a una media de 65 dólares este año.
Es posible que el oro y la plata pasen apuros en el primer semestre de este ejercicio, hasta que en el segundo semestre surja una trayectoria más clara de recorte de tasas por parte de la Reserva Federal estadounidense que los impulse al alza.
Por ahora, el oro se enfrenta a vientos en contra a corto plazo, a medida que el mercado se adapta a las políticas económicas de Trump, que pueden provocar una inflación más alta y un dólar más fuerte. También existe el riesgo de que los bancos centrales de los mercados emergentes reduzcan la demanda de oro si las divisas nacionales caen debido a los aranceles.
El mercado de la plata, sin embargo, se ha equilibrado gracias a la disciplina de producción y a la demanda de nuevas aplicaciones, como los paneles solares. A medida que aumente el gasto en paneles solares, la plata debería repuntar.
Al margen de los fundamentos de cada una de las materias primas, se debe considerar que la especulación también influye en sus precios. Los inversores pueden comprar y vender materias primas en los mercados de futuros, lo que puede afectar su cotización en el corto plazo. Y también son muy sensibles a los factores geopolíticos, lo que resulta especialmente visible en el caso del petróleo, y a los desastres naturales.
Finalmente, los analistas de IG Markets destacan que los precios de las materias primas pueden afectar a los mercados financieros. «Los inversores a menudo los consideran como un indicador de la salud económica general. Si su precio aumenta, es un signo de una economía fuerte. Y al contrario», concluyen.