La actividad minera: ¿cuestión estratégica?
MERCADOS

El desarrollo del sector extractivo de Andalucía se ha consolidado con políticas que aportan valor económico y empleo. Debe potenciarse la aceptación social
13 abr 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Conforme se desprende del análisis de los datos recogidos en la «Estadística Minera de España 2023», recientemente publicada por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, el sector minero andaluz ocupa la posición de liderazgo en España, tanto en valor de su producción como en términos de generación de empleo, de modo que el volumen de facturación de las empresas que operan en Andalucía está próximo a los 1.300 millones de euros, generando más de 8.500 puestos de trabajo. En el momento actual, se encuentran en explotación en el territorio andaluz cuatro de los minerales identificados como fundamentales por la UE para la garantía de su autonomía estratégica, a saber: el cobre (segundo productor europeo), el estroncio (primer productor mundial), el espato-flúor y el feldespato.
Independientemente de las necesidades coyunturales propias del momento actual, la favorable geología del territorio andaluz, así como su extensión, ha permitido disponer del acceso a una rica y variada pléyade de recursos minerales, cuya explotación y comercialización han constituido históricamente un importante foco de atracción de desarrollo y de progreso. Ello ha conducido a que la realidad actual de la industria extractiva andaluza es la de una actividad moderna y comprometida con los valores de nuestro entorno social, abanderada por significativos proyectos a la vanguardia tecnológica, la generación de un importante volumen de empleo de calidad y la satisfacción de los máximos estándares de respeto medioambiental y de seguridad operacional.
En coherencia con este relevante progreso de la actividad, la Junta de Andalucía ha desarrollo una ambiciosa política en la materia para reforzar el posicionamiento de la minería andaluza en el contexto europeo, consolidando un sector moderno que origine más valor económico y empleo de calidad mediante la generación de un mayor valor añadido en el territorio y el desarrollo de su cadena de valor. Se convierte, por tanto, en un motor esencial para el desarrollo industrial y energético y en un importante foco de atracción de inversión nacional y extranjera. En este marco, tres son los principios de actuación que sirven como guía para el despliegue de las actuaciones: compromiso social (en sus aspectos medioambiental, de seguridad y de crecimiento socioeconómico), fomento de un entorno colaborativo y visión multisectorial en lo relativo al desarrollo de la actividad.
Tomando en consideración estos precedentes, resulta de singular relevancia potenciar los mecanismos que posibiliten una adecuada aceptación social de la actividad. Así, la eficaz comunicación de la relevancia de la minería como origen imprescindible y necesario para el desarrollo de la industria y la energía, el fomento del diálogo abierto y las medidas de fortalecimiento de la confianza social (como es la transparencia de las operaciones) deben ser elementos claves a considerar.
Se trata de conseguir que el sector extractivo siga contribuyendo de manera segura, perdurable y comprometida a la garantía del progreso y desarrollo de nuestra sociedad a la par que dando eficaz respuesta a las legítimas demandadas de la ciudadanía en relación con el mismo.