Cada año son distribuidos en Francia 800 millones de paquetes procedentes de China que escapan de la aduana porque su valor es inferior a 150 euros, y se espera una mayor avalancha tras los aranceles de Donald Trump. El Gobierno quiere disuadir a los franceses aplicando una nueva tasa de «algunos euros» a «importadores y plataformas, no a consumidores», precisa la ministra de Cuentas Públicas, Amélie de Montchalin. También quieren triplicar los controles en las fronteras para verificar las normas de seguridad y medioambientales, la transparencia y etiquetado e incluso las prácticas comerciales de las empresas. Con una atención particular hacia los fraudes del IVA. Los resultados de los controles serán publicados en una web oficial y las redes sociales.