Investigación multidisciplinar para prevenir caídas en mayores

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Los profesores e investigadores de la Facultade de Ciencias da Educación e do Deporte de Pontevedra José Luis García Soidán y Vicente Romo
Los profesores e investigadores de la Facultade de Ciencias da Educación e do Deporte de Pontevedra José Luis García Soidán y Vicente Romo DUVI

Científicos de la Universidade de Vigo y la de León han patentado un sistema capaz de detectar de manera precoz el deterioro en el equilibrio

04 may 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

La Organización Mundial de la Salud define las caídas como una de las causas más graves e importantes de salud pública a partir de los 65 años. Y el 35 % de los mayores de 65 tendrán una caída anual, pero es que a los 80 ese porcentaje se incrementa hasta el 65 %. Por eso es importante detectar de manera precoz los problemas de equilibrio de la población y así prevenir caídas.

Con ese objetivo en mente, los profesores de la Universidade de Vigo Vicente Romo y José Luis García Soidán y Raquel Leirós, que por entonces realizaba su tesis, comenzaron a investigar en el 2017 en soluciones para prevenir las caídas. Ahora, han patentado un sistema que utiliza los acelerómetros (dispositivos que están presentes por ejemplo en los teléfonos móviles para establecer la posición del terminal) para detectar la pérdida de equilibrio en las personas.

«Pensamos en ver cómo podíamos hacer una medición fiable y que cualquier persona lo pudiera reproducir en la consulta o en el exterior», explica García Soidán. Las investigaciones llevaron a comprobar que dichas mediciones funcionaban bien cuando el dispositivo se colocaba en la cuarta vértebra lumbar —se puede hacer con un cinturón, por ejemplo—. «Fue cuando contactamos con un ingeniero, Alberto Benítez, que está ahora en la Universidad de León, y, a través de algoritmos, fuimos capaces de calcular en los tres ejes del espacio cuándo se producía un desequilibrio». En base al número que se detecta en un trayecto corto, es posible dilucidar si una persona está perdiendo estabilidad.

«La pérdida de equilibrio es multifactorial» aclara el profesor de la Universidade de Vigo, por lo que es importante que se remita a las personas a su centro de salud inicialmente y, de ser necesario, tengan consulta con un especialista.

Gracias a este sistema de medición de los desequilibrios, es posible, «a través de programas de mantenimiento de la actividad física, podología o fisioterapia, dependiendo de cuál sea la causa, actuar precozmente». Detectar a las personas mayores que tienen el mínimo deterioro permite actuar cuando antes y retrasar la pérdida de equilibrio y con ello, el riesgo de caídas.

«Si eres consciente, intentas mejorar tus hábitos de actividad física y hacer actividades que puedan mejorar esa carencia», explica García Soidán.

En este caso, la clave es la fuerza. Mantener la fuerza en el core y las extremidades inferiores y superiores proporciona un muy buen equilibrio. «El seguro de vida que vas a tener para cuando llegues a convertirte en una persona mayor es la masa muscular —matiza el profesor de la Universidade de Vigo— y si se pierde esa masa muscular, se pierde, entre otras cosas, el equilibrio. Por eso es importante detectarlo precozmente».

El sistema diseñado por el grupo Hi10 de la Facultade de Ciencias da Educación e do Deporte del campus de Pontevedra y la Universidad de León recoge los datos de manera sencilla y es posible llevarlo a cabo tanto dentro como fuera de la consulta. Además, las pruebas de equilibrio estático que se llevan a cabo en el ámbito clínico, aunque permiten identificar limitaciones en el control postural, no posibilitan anticiparse para detectar que una persona está en riegos de padecer problemas de equilibrio, como sí hace este sistema, ya que «detecta oscilaciones mínimas desde el principio gracias a que es tremendamente sensible».

La medición se realiza colocando el dispositivo en la cuarta vértebra lumbar para posteriormente caminar tres trayectos cortos de 10 metros separados por un intervalo de 40 segundos. Durante la investigación se han realizado evaluaciones con personas sin problemas de equilibrio y con otras con algún tipo de deterioro para entrenar los algoritmos y que detecten desviaciones. El dispositivo va acompañado de una aplicación que se puede instalar tanto en una tableta como en un teléfono inteligente, que se encarga de interpretar las mediciones.

Es más, el sistema va creando una base de datos de la persona y tiene capacidad de comparar las oscilaciones en otro momento para medir si se está produciendo un deterioro.

Una vez comprobada su eficacia, los investigadores presentaron una solicitud de patente, que les ha sido concedida y de hecho, ya hay empresas interesadas en el sistema. «Lo bueno de esto es que además de ser una colaboración interuniversitaria, además es interdisciplinar», remarca García Soidán, ya que el proyecto ha involucrado a especialistas en medicina, fisioterapia, ciencias de la actividad física y el deporte e ingeniería.

Del mismo modo, el dispositivo no solo se circunscribe a las personas mayores, que es el grupo sensible, y más en una sociedad en la que el envejecimiento es cada vez mayor, ya que en Galicia uno de cada cuatro habitantes ya sobrepasa los 65 años. También tiene aplicaciones en otros grupos de edad (de hecho ya han trabajado con niños) y también en ámbitos como la escuela de espalda, y es útil para profesionales de la podología, la medicina, la fisioterapia y las ciencias de la actividad física.