Mario Centeno, un astro de las finanzas europeas

Sara Cabrero
Sara Cabrero REDACCIÓN / LA VOZ

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El antaño bautizado como el «Cristiano Ronaldo del Ecofin» dejará su puesto al frente del Banco de Portugal tras la decisión del Ejecutivo luso de no renovarle un segundo mandato

03 ago 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Mario Centeno no ha conseguido llegar a la prórroga del que probablemente sea uno de sus últimos partidos como astro de las finanzas europeas. El portugués tendrá que despedirse los próximos meses de su puesto al frente del Banco de Portugal, institución que capitaneaba desde el 2020. Se desconoce el día exacto en el que el economista tendrá que meter sus objetos del despacho en una caja de cartón, pero sí que se sabe que será en los próximos meses, a tenor de la decisión del primer ministro luso, Luís Montenegro, de no pedirle que se quede para un segundo mandato, como era hasta ahora tradición. Parece ser que entre Centeno y el Gobierno de centroderecha portugués había diferencias insalvables, a pesar de que el portavoz del Ejecutivo subrayó que respetan a Centeno y que no van a entrar «ni en observaciones ni en evaluaciones de su labor».

Mario José Gomes de Freitas Centeno (Olhão, 1966) pone así punto y final a otro capítulo de una más que dilatada (y brillante) carrera financiera. Hubo quien se atrevió incluso a bautizarlo como «el Cristiano Ronaldo del Ecofin», (el Consejo de Asuntos Económicos y Financieros en Europa). Y el halago no procedía precisamente de alguien de su cuerda. Porque a Centeno —considerado culturalmente de izquierdas, pero a menudo tildado de liberal— el apodo le llegó de boca del exministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, adalid de la ortodoxia financiera europea.

Antes de llegar al despacho del Banco de Portugal, Centeno ejerció como ministro de finanzas durante los primeros años del socialista António Costa. Esa pátina de izquierdas fue la que precisamente le granjeó alguna suspicacia en Bruselas, que miraban con cierto temor al Ejecutivo luso por su firme apuesta por acabar con las políticas austericidas que habían lastrado a la economía del país durante los últimos años. Centeno se enfrentaba a un doble reto. En primer lugar, ganarse la confianza de sus socios para, con ella, luchar contra el castigo que se había impuesto a su nación por no cumplir con el corsé del exceso en el déficit. Y ganó las dos partidas. No solo fue ganando enteros en la capital de Europa. También consiguió librar a Portugal de la penitencia europea.

Tal fue su ascenso a los cielos que, tras varios meses de duro trabajo que consiguieron sanear la maltrecha economía lusa y mejorar la evaluación de la deuda soberana del país, el Gobierno portugués se lanzó a presentar la candidatura de Centeno para presidir el Eurogrupo. Otro partido que Centeno se llevó a casa, ocupando el asiento entre el 2018 y el 2020. En junio de ese año, y con la pandemia todavía haciendo estragos, el economista decidía poner punto y final a su carrera como ministro de Finanzas de Portugal y, en consecuencia, se vio obligado a salir del Eurogrupo.

Los que lo conocen destacan de él su carácter conciliador y pragmático. Pero esas capacidades se diluyen cuando se trata de defender sus grandes pasiones: el fútbol —es forofo del Benfica de Lisboa, al que apoya sin contemplaciones— y su familia. Casado con su compañera de carrera María Margarida Pereira, Mario Centeno es padre de tres hijos. Su adicción al trabajo tendrá que dar paso ahora a su otra gran afición: la cocina.