Buscan modos verdes de extraer compuestos bioactivos de las algas gallegas para uso alimentario y cosmético

MERCADOS

cedda

La Universidade de Vigo y la empresa Portomuiños trabajan en una tesis industrial

11 nov 2025 . Actualizado a las 04:47 h.

Galicia cuenta con muchas especies endógenas de algas, una especie vegetal (aunque del mar) con propiedades muy interesantes desde el punto de vista nutricional, cosmético y de salud. Extraer los ingredientes bioactivos de las algas marinas es el objetivo de Isa Beatriz Ingrez, una investigadora del grupo de Biomasa y Desarrollo Sostenible de la Universidade de Vigo que está haciendo su tesis en colaboración con la empresa Portomuiños dentro del programa de doctorado industrial. «El objetivo es aprovechar de forma integral las macroalgas procedentes o bien de cultivos locales de Portomiños o de recolección sostenible en la costa gallega para formular con ellas nuevos productos con aplicaciones en los sectores alimentario, nutricéutico y cosmético», explica la investigadora.

Su proyecto, además de buscar la extracción de esos componentes bioactivos, está centrada en el desarrollo de procesos verdes para su obtención, siguiendo preceptos ecológicos y teniendo en cuenta el escalado industrial. «Lo normal en la literatura, porque ya existen industrias que se dedicar a la extracción de compuestos de las algas, es refugiarse en la química clásica», es decir, apostar por técnicas como el uso de disolventes, con ácidos o bases. Portomuiños es una empresa alimentaria que cuenta con patrones de sostenibilidad, con lo cual no tendría sentido innovar utilizando procesos de ese tipo. «Uno de los retos asociados a esta tesis es extraer esos compuestos de interés a través de tecnologías alternativas», explica Ingrez, explorando técnicas que tienen que ver con tratamientos físicos, térmicos y mecánicos.

Además, durante su investigación, la doctoranda ha caracterizado diferentes tipos de algas para evaluar el potencial de cultivo y de aplicación de cada tipo de técnica. «Tratamos de valorizar las especies endógenas, porque son un biorrecurso natural y damos prioridad a valorar algo que se conoce en esta zona», explica la investigadora de la Universidade de Vigo.

«En Portomuiños trabajamos en muchas áreas de aplicación técnica de las algas», dice Isa Beatriz Ingrez, aunque su proyecto de investigación está más orientado a ámbitos como la nutrición y la cosmética.

Las algas tienen un perfil nutricional muy interesante, ya que cuentan fcon minerales y oligoelementos, sino que cuentan con un alto contenido en fibra y también en proteínas. «Las algas son una excelente fuente de proteína vegetal», ya que se trata de verduras, pero que crecen en el mar. «Solo por estas dos cosas, la fibra y la proteína ya son nutricionalmente muy interesantes como una fuente de alimentos, a lo que hay que sumar el bajo contenido que tiene en grasas y en azúcar.

A eso hay que sumar también los compuestos que las algas sintetizan durante su ciclo de vida, que son esencialmente polisacáridos. «Existen una serie de polisacáridos que son únicos, además de distintas especies de algas, que se están estudiando para nuevas aplicaciones», como pueden ser precisamente la nutrición y la cosmética.

Ya han estudiado las propiedades antioxidantes, pero dentro del marco del I+D colaboran con varios proyectos para establecer su potencial antiinflamatorio o prebiótico. Además, empieza a haber investigaciones sobre propiedades anticancerígenas.

«Combino la experiencia industrial y la académica»

«Desde el punto de vista personal y profesional, yo creo que esta modalidad me permite una formación mucho más completa, porque uno puede combinar la experiencia directa en un entorno real del sector industrial con el respaldo académico de la universidad», dice Isa Beatriz Ingrez de participar en un programa como el del doctorado industrial. «Esto no solo enriquece mi proceso formativo, sino que también mejora significativamente mi capacidad de aplicar el conocimiento científico a problemas técnicos y desafíos específicos reales del contexto en el cual trabajo».

Puente beneficioso

Programas como el doctorado industrial, destaca la investigadora, permiten hacer de puente para que el conocimiento científico y el contexto académico puedan cristalizar en proyectos ejecutables. «Para la universidad representa una vía muy efectiva de transferencia de conocimiento y de conexión con las necesidades del tejido productivo», dice la investigadora.

Pero del proceso también beneficia el tejido productivo, ya que «para la empresa es una oportunidad para incorporar, talento y acceder también a tecnologías emergentes que surgen de la universidad». En definitiva, modelos como este «fortalece los vínculos entre la ciencia y la industria. Impulsa la competitividad empresarial y contribuye a que la investigación tenga un impacto directo, en este caso, en el ecosistema de innovación».