
La 790 Duke es la «naked» que está en el punto de mira de cualquier aficionado a las sensaciones deportivas. Con 105 CV y un bajo peso, incorpora amortiguador de dirección, «quickshifter» y modo Track para los que quieran poner toda la carne en el asador.
23 ago 2020 . Actualizado a las 18:39 h.En la frontera de los 10.000 euros, la 790 Duke tiene muchos argumentos para convencer a aquellos que disfrutan de las motos deportivas y con un carácter especial. La naked de la marca austríaca hace honor al espíritu ready to race con una imagen agresiva y un conjunto motor/parte ciclo muy equilibrado y acompañado de mucha tecnología.
Exteriormente, la moto luce la mirada de insecto que se ha convertido ya en seña de identidad de KTM, un basculante de fundición de aluminio con costillas de refuerzo y un nuevo escape de acero situado paralelo al colín. Solo desentonan, a mi juicio, los soportes de los retrovisores, pero para eso el catálogo de accesorios PowerParts tiene buenas alternativas. El asiento es amplio y las estriberas están algo retrasadas e inclinadas hacia abajo, lo que invita a adoptar una posición semirácing y a apretarnos contra el depósito.
El motor bicilíndrico entrega 105 caballos con un par máximo de 85 Nm a 8.000 revoluciones. Con un peso de solo 169 kilos en seco (menos de 190 kilos en orden de marcha, si le añadimos el aceite y los 14 litros del depósito de gasolina) podría asustar a los menos experimentados, pero por suerte la electrónica esta ahí para hacernos la vida más fácil. La 790 Duke sale con suavidad mientras está conectado el control de tracción, y el embrague antirrebote y el regulador del freno motor garantizan que no haya coces ni bloqueos en las reducciones o frenadas.
La horquilla invertida de 43 mm. firmada por WP trabaja bien y un amortiguador de dirección asegura que el eje delantero mantenga la trazada en las curvas aunque el asfalto esté en mal estado o nos encontremos con un bache a la salida. La frenada, con pinzas radiales de cuatro pistones mordiendo discos de 300 mm., es absolutamente solvente.
Hay cuatro mapas de conducción, Street, Sport (más brusco), Rain y Track. Este último ofrece una mayor respuesta del acelerador y nos deja desconectar el antiwheelie para hacer caballitos. Además hay un modo supermoto que desactiva el ABS trasero para poder hacer derrapajes. El quickshifter permite subir y bajar de marchas sin presionar la maneta del embrague ni dejar de acelerar, aunque funciona mejor en las marchas altas.
La KTM 790 Duke es de esas motos con las que te haces rápidamente. El sonido es un poco eléctrico al acelerar, pero cuando soltamos el puño deja escuchar unos bonitos petardeos. El motor no tiene las vibraciones del antiguo monocilíndrico de la 690, aunque sigue sin ser un prodigio de elasticidad y a baja velocidad pide que bajemos a relaciones más cortas.