¿Un verano para la inflexión?

MOTOR ON

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11 ago 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

España se marcha de veraneo con muchas incertidumbres políticas abiertas. Entre medallas olímpicas, olas de calor, chapuzones y chiringuitos de playa, nos prepararemos para un otoño que también parece que será caliente.

Y el mundo del automóvil no parece ajeno a estas incertidumbres, principalmente en dos frentes. El más importante es el que atañe al modelo europeo de movilidad futura. Siempre creímos que los políticos europeos se habían equivocado con los plazos y que acelerar la electrificación no sería tan fácil. Y el tiempo nos da la razón, primero porque los que quieren comprar coche no parecen muy seducidos por los coches eléctricos y mucho menos por sus precios. Ahora mismo ya podemos afirmar que los fabricantes han puesto el freno a la electrificación, reduciendo la producción de eléctricos en sus factorías. La caída del mercado alemán, tan pronto como desaparecieron las ayudas, se ha visto refrendada con un rebrote de las matriculaciones de diésel y gasolina en ese país. Es un síntoma que también se aprecia en otros mercados europeos, donde la venta de eléctricos se ha enfriado al tiempo que subían las temperaturas.

Tesla, abanderada de la electrificación, pierde rentabilidad, baja su producción y reduce plantillas. Por algo será. Al mismo tiempo, Luca De Meo, uno de los gurús europeos más influyentes, CEO de Renault y presidente de los fabricantes europeos, ha pedido recientemente a la Comisión Europea que flexibilice los plazos de la electrificación. Y De Meo se refiere sobre todo a las multas que los fabricantes podrían tener que pagar por no cumplir los objetivos de descarbonización.

Desde el otro lado del Atlántico, Donald Trump saca pecho en sus mítines de campaña pidiendo la retirada de las ayudas a los coches eléctricos. Allí también suenan tambores de guerra. Y este mismo mes, Ursula von der Leyen deja entrever sus remordimientos y abre la puerta para que a la electrificación se sumen ahora los e-fuels o los biocombustibles como una fuente de energía limpia para los motores del futuro. Rectificar es de sabios, pensaría Ursula. La inflexión se empieza a evidenciar.

Pero aún nos queda otro frente que parece cambiar de dirección, y es el de los precios de los coches, que desde el 2022, con la guerra de Ucrania y la escasez de microchips, no habían parado de crecer, de forma sospechosa incluso. Pero desde principios de año se advierte que esa tendencia desaparece. Unos lo achacan a la fulgurante aparición de los fabricantes chinos, que amenazan con apoderarse del mercado europeo con precios más razonables y productos muy atractivos. Otros hablan de la apatía e incertidumbre de los clientes europeos, que no quieren pagar coches a precio de oro.

Y es que el tiempo pone a todos en su sitio.