Con un peso que supera por poco los 1.400 kilos, el Toyota Corolla cinco puertas tiene un comportamiento muy noble en carretera. Ahora lleva motores más potentes y al ser un híbrido estándar puede circular pequeños tramos en eléctrico, pero no depende de enchufes.
20 oct 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Mientras otras marcas se lanzaban de cabeza a la tecnología 100 % eléctrica, Toyota siempre ha apostado por la hibridación, de la que fue una de las pioneras con el primer coche de este tipo producido en serie (Prius, 1997). El tiempo le ha dado la razón y ahora, con las ventas de eléctricos estancadas, el fabricante japonés ofrece una gama muy completa de vehículos que combinan los motores de combustión y las baterías de iones de litio.
El Toyota Corolla es otro hito en la marca, ya que se produce desde 1966 y ostenta el título de automóvil más vendido del mundo, superando los 50 millones de unidades. El año pasado recibió una actualización con motores más potentes y eficientes, además de algunas mejoras de equipamiento y nuevos colores como el verde Bristol, que combina de forma espectacular con el techo en negro. Hemos probado el modelo de 5 puertas (también lo hay en carrocerías Sedán y Touring) en la versión 140H, que reemplaza a la 125H, pasando de 122 a 140 caballos de potencia. Cuenta con un motor de gasolina de cuatro cilindros y 98 CV, sin turbo, y otro eléctrico de 95 CV.
La batería de 0,85 kWh de capacidad le permite, como a todos los híbridos no enchufables, hacer pequeños recorridos en modo cien por cien eléctrico, pero se desactiva si sobrepasamos los 40 km/h. Entra en funcionamiento en el arranque, al salir de un semáforo, cuando circulamos a baja velocidad o cuesta abajo, y en garajes y aparcamientos, ayudando a rebajar considerablemente el consumo en ciudad y alrededores. La cifra oficial WLTP es de 4,4 litros a los 100 kilómetros, y la frenada regenerativa ayuda a recargar la batería de forma bastante rápida. Hay dos niveles seleccionables mediante la palanca de marcha (D y B, el segundo retiene más) y el sistema de radar también contribuye, al frenar automáticamente cuando detecta que hay un coche delante o en zonas en las que hay que circular más despacio.
El Corolla se ahorra tener que andar dependiendo de enchufes y solo pesa 1.420 kilos (la batería de un híbrido PHEV añadiría 300 kilos), lo que se aprecia claramente en el comportamiento dinámico y por supuesto en el consumo cuando dejamos el entorno urbano. El coche se nota ligero, sin inercias y con un apoyo excelente en curva gracias a unas suspensiones firmes pero que a la vez filtran bien las irregularidades.
Acelera de 0 a 100 km/h en 9,2 segundos y dispone de tres modos de conducción, Eco, Normal y Sport. En este último se revoluciona un poco cuando pisamos a fondo y no tiene la salida inmediata de un eléctrico, pero se muestra ágil y rápido. La insonorización es mejorable, sobre todo el ruido procedente del tren de rodaje; no sé si es una cuestión de aislamiento o tiene que ver con los neumáticos Falken que venían montados.
Los asientos delanteros sujetan bien el cuerpo y en general el cockpit me ha gustado mucho, con espacio para las piernas y un salpicadero con materiales sencillos pero que se ven duraderos y que no intentan aparentar lo que no son. Diversas molduras en negro piano y cromados le dan un aspecto elegante, al igual que las taloneras o las llantas de 18 pulgadas.
Las plazas traseras son un poco justas, pero no hay que olvidar que estamos ante un coche compacto de 4,37 metros. El maletero tiene 361 litros de capacidad, 50 más que la otra motorización disponible (200H, de 196 CV). A la venta desde 25.900 euros, este Corolla es una opción lógica de coche para uso diario.
El consumo medio WLTP es de 4,4 litros a los 100 kilómetros y la frenada regenerativa ayuda a recuperar la autonomía de la batería con rapidez