Marido de Elisa Escurís, falleció a los 57 años
06 feb 2025 . Actualizado a las 13:56 h.La vida nunca se lo quiso poner fácil y, a pesar de todo, Félix Roig Barreras (A Pobra, 1967) siempre tenía una sonrisa en la boca y unas palabras agradables para conversar con todo el mundo. Su padre había fallecido de un infarto fulminante cuando solo tenía 47 años, el peor de los golpes para su madre, que se quedó al cargo de los tres hijos de la pareja. Pero las desgracias nunca suelen venir solas, y uno de sus hermanos sufriría un accidente de moto que le costaría la vida.
Félix Roig tuvo que ir digiriendo todos estos envites de la vida y, como no era mucho de estudiar, desde muy joven ya se puso a trabajar en la empresa que había puesto a andar su padre, Cartogal —ahora DS Smith—, en el polígono de A Tomada, donde se ocupaba del departamento comercial y de ventas. A su lado desde que tenía 20 años siempre tuvo a su mujer, Elisa Escurís, que se convirtió en su compañera de viaje hasta el final, un final que llegó demasiado pronto, con solo 57 años.
Hacía casi 18 meses que la vida quiso volver a ponerlo a prueba y otra vez un infarto, como el que se había llevado a su padre, le jugó la peor de las pasadas. Aunque logró ganarle la batalla, su estado de salud derivó en numerosas complicaciones que acabaron por llevárselo.
«A pesar de todo el dolor que tenía todos estos meses, de todo lo que estaba sufriendo, nunca se quejó de nada. Siempre tenía una sonrisa para todo el mundo y era él quien te preguntaba cómo estabas», recuerda su hija María Escurís, que confiesa que es muy reconfortante ver todo el cariño que le tenía la gente: «Era muy amigo de sus amigos, buen padre, buen abuelo y buen marido».
Los restos mortales de Félix Roig están siendo velados en el tanatorio Jesús de Nazareno de A Pobra, donde permanecerán hasta esta noche (23.00 horas), para luego ser incinerados en la intimidad familiar.