LA OTRA MIRADA / Cristóbal Ramírez
05 jul 2001 . Actualizado a las 07:00 h.Pinochet, Sharon, Milosevic, Karadzic y Mladic. ¿Qué tienen en común el que fue sangriento dictador chileno, el primer ministro israelí elegido democráticamente en las urnas, el detenido ex-mandatario yugoslavo y los dos criminales serbobosnios que se hallan en paradero desconocido? Que la justicia los persigue. No en sus propios países, donde más o menos cada uno hace de su capa un sayo, sino en la pequeña Bélgica, que, pasado el interés por un Pinochet que a buen seguro no volverá a salir de su tierra natal, se ha erigido en el ojo judicial que todo lo ve planeta adelante. Y en el Tribunal Penal Internacional de La Haya, por supuesto. Capturado Milosevic y con Sharon evitando tocar suelo belga, los próximos deben ser, sin duda, Karadzic y Mladic. Una vez finalizada la guerra de Bosnia, Occidente prefirió hacer caso omiso de sus personas, sobreentendiendo que los dos siniestros personajes deberían reanudar, en silencio, sus vidas privadas. Así ha sido. Cierto es que en los primeros meses se esperó a que las opiniones públicas miraran hacia otro lado para luego intentar un golpe de fuerza y detenerlos, pero se temía la indignación de una Serbia todavía dominada por el sátrapa Milosevic y con poder para poder desencadenar otra guerra, como sucedió con Kosovo. Pero Milosevic ya no está y Belgrado no quiere saber nada de conflictos armados, empeñada en la reconstrucción del país y en el desencuentro de sus dirigentes. ¿A qué espera a entregarlos?