Lois es el problema

| ARTURO MANEIRO |

OPINIÓN

10 dic 2003 . Actualizado a las 06:00 h.

EL BNG de Vigo rompió el pacto con el PSdeG-PSOE en el Ayuntamiento porque no le gustaban las maneras de Ventura Pérez Mariño. Ahora, los dirigentes nacionalistas dicen por todas partes que quieren un gobierno estable en Vigo. Y cualquiera se puede preguntar cómo puede pedir un gobierno estable el mismo que lo desestabilizó. ¿Qué garantías ofrece el BNG de que el nuevo apoyo que van a prestar resultará estable? Si todo lo que sucede en el Concello de Vigo es fruto de la frustración de Lois Castrillo por haber perdido las pasadas elecciones, como indica Paco Vázquez, alcalde de A Coruña, pocas soluciones van a proporcionar alivio al desasosiego del cabeza de lista del BNG. Cuando todo depende de una cuestión vital personal, poco pueden que hacer las soluciones razonables. Esto demuestra claramente que la propuesta del Bloque de buscar ahora un gobierno estable en Vigo sólo puede producir perplejidad o sorpresa, o desconcierto. Si la estabilidad va a depender del buen o mal humor de un grupo municipal o del líder de ese grupo, la estabilidad es una quimera. El Bloque está en un callejón sin salida, a no ser que le busquen a Lois un lugar donde encuentre sosiego. En este caso parece claro que el problema de Vigo es Lois Castrillo y su grupo político. Más perplejidad provocan las recientes declaraciones Anxo Quintana o del propio Lois Castrillo insistiendo en que están dispuestos a votar a cualquier candidato que presenten los socialistas el día 13 para la alcaldía de Vigo. Se supone que votarán a favor de cualquiera que no sea Ventura Pérez Mariño. Porque si no fuera así ya no habría problema, votan a favor del que sea y ya está resuelta la crisis. Pero no es tan fácil, la propuesta del BNG es una bomba de relojería. Es tanto como decirle a Miguel Barros que está perdiendo la oportunidad de su vida por no presentarse él en lugar de Ventura. Es como sembrar la discordia en el grupo municipal socialista, tentarlos con algo que pueden alcanzar fácilmente, sólo tendrían que intrigar un poco dentro de sus filas, decir que no se puede ser intransigente, que es posible pensar en alternativas, que no se puede defender la bandera de Pérez Mariño indefinidamente, que no se puede hipotecar el futuro de todo un grupo por una persona, etcétera. En fin todas esas cosas que se dicen cuando se quiere dejar a un compañero en la cuneta al mismo tiempo que se mira al otro lado. Esta claro: el grupo que ha roto el gobierno municipal de Vigo no puede pedir al mismo tiempo un gobierno estable; ni puede pedir diálogo el grupo que es intransigente en la aceptación de una persona para el cargo de alcalde. Todo ello es un bloque incoherente, inconsistente, falto de razón, es fundamentalista, es una paranoia. El Ayuntamiento de Vigo podría tener alguna solución PSOE-BNG manteniendo a Ventura Pérez Mariño en la alcaldía y dando una jubilación anticipada a Lois Castrillo. De la misma forma que los veteranos combatientes de primera línea del frente acaban siendo irrecuperables socialmente, Lois Castrillo, después de ser alcalde, parece irrecuperable para ejercer desde un puesto distinto al del máximo regidor. Pues una buena jubilación arregla muchos problemas vitales.