En el teatro de las sombras

Tino Novoa EN LA FRONTERA

OPINIÓN

25 feb 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Si alguien escuchara, sin conocerlos, a Mariano Rajoy y a Pedro Sánchez probablemente llegaría a la conclusión de que le estaban hablando de dos países situados en las antípodas. Es lo que tiene la España actual, que se ve de forma muy distinta según desde donde se mire, porque hay fangos que no se perciben desde ciertas atalayas. Las estadísticas se pueden retorcer hasta que digan lo que uno quiere que digan. Así que llevar el debate a este terreno sirve para poco. Porque las cifras de Rajoy, aunque sean ciertas, reflejan una verdad, pero ocultan otra. Las expectativas pueden ser mejores que hace tres años, pero el presente no lo es para la inmensa mayoría de los españoles, que o están sin empleo o han perdido nivel de vida. El futuro es una cuestión de fe, lo palpable es que hoy casi todos somos más pobres. Porque aquello que ha mejorado lo ha hecho sobre el sacrificio de casi todos y el beneficio de unos pocos. Y el rescate (sí, rescate) bancario es el triste símbolo. Porque no es cierto que hemos llegado hasta aquí sin desgarros y sin incrementar la desigualdad, como dijo Rajoy. Es tan falso como que ha sido implacable con la corrupción.

Ya se sabe que estos debates no son sino un teatro en el que la realidad es solo una sombra y cada actor hace su particular escenificación pensando ya en las elecciones. Por eso, Rajoy vende optimismo y anuncia ahora lo que no ha querido hacer antes, mientras Sánchez le salta a la yugular intentando hacerse un hueco para que no lo echen del escenario. Es decir, cada uno a lo suyo. Parecen olvidar que media España hace ya cola para ver otra obra. Porque los ciudadanos demandan mucho más. Necesitan esperanza, sí, pero también realismo, en el análisis y en las propuestas, porque de lo contrario es imposible salir del pozo.