Capacidad de amar

Cartas al director
Cartas al director CARTAS AL DIRECTOR

OPINIÓN

MAX CAVALLARI

05 mar 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Viva libre

La realidad provoca una reacción extraordinaria en nuestro cuerpo. Dilata nuestros ojos y somos incapaces de ver como, hasta en aquellos rincones por los que no penetró el virus, rebosa agotamiento. Incluso los no contagiados manifiestan una mezcla de fascinación, tristeza y asombro al no formar parte de la estadística pandémica. El miedo y la incertidumbre son ahora las secuelas que deambulan por nuestras cabezas. La inquietud económica y la convulsión política que se prevé nos obligarán a replantear valores. Tendremos que aprender a ver lo que realmente es esencial en nuestro nuevo modelo de vida. Durante todo este tiempo hemos sido y somos esclavos de una sociedad hiperactiva, donde el currículo vitae de nuestra vida está expuesto a través de cualquier red social de moda. Tal vez sea el momento de detenerse, de sentir la abstinencia por respirar con calma nuestra intimidad, nuestros deseos. El optimismo en multitud de ocasiones es incómodo de sostener pero también inmensamente positivo. Atreverse a confiar en una vida lenta y con la magia que nos permita ser capaces de estar con nosotros mismos, mientras la tecnología sujeta prácticamente el mundo entero, puede ser la mejor secuela de esta pandemia. Deberíamos de sentirnos dueños de lo aprendido. Si la inteligencia se gana gracias al amor como decía Nietzsche, seamos humanos, tengamos cerebro, ilusiones y capacidad de amar. Alejémonos del  covid y aprendamos a ser un poquito más libres. Sonia Viéitez Carrazoni. A Coruña.

  El feminismo es igualdad

Vejaciones, abusos sexuales, violaciones, violencia machista, asesinatos, discriminación, malos tratos…, son algunas situaciones que aún están padeciendo millones de mujeres en el planeta. España, lógicamente, no se encuentra al margen de esas realidades. Por eso con nuestras abuelas, madres, hermanas e hijas seguimos teniendo una deuda pendiente: justicia e igualdad real. El lunes se celebra el Día Internacional de la Mujer. Es fácil constatar que en países de África, Asia o América Latina las mujeres siguen siendo meros objetos, sin derechos. Son violadas y asesinadas con total impunidad, con el beneplácito de los propios gobernantes. Son maltratadas y obligadas a casarse con sus verdugos o violadores, a edades muy tempranas. Algunas son quemadas vivas, lapidadas, utilizadas como esclavas, obligadas a ejercer la prostitución o bien vendidas, literalmente, para la trata de personas en algunas naciones que presumen de avanzadas y desarrolladas. Todos teníamos que ser conscientes de que en el siglo XXI las mujeres no deberían seguir sufriendo todo tipo de discriminaciones. En cambio, la realidad es bien diferente; por ello, el movimiento feminista está más unido que nunca en todo el mundo. Y también es más consciente de la necesidad de luchar por la igualdad. José Manuel Pena. Ribeira

Del pirulí de Paco Vázquez a la sardina de Inés Rey

El fue alcalde de A Coruña y ella es la actual alcaldesa, y tanto uno como otro se propusieron empeñar a la ciudad en unos absurdos monumentos, al menos para la gente a la cual he oído tanto en la calle como en corrillos en el barrio de Monte Alto. Paco Vázquez con la construcción del famoso pirulí -ahora destrozado y que nadie repara, por lo que está dando cobijo a ratas y demás bicho-, con el ascensor del Monte de San Pedro -que ya se demostró por muchos motivos ser una ruina económica-, y con el manido tranvía que aún hoy se está desmontando. Ahora La señora Inés Rey con su sardina, que según se comenta, ha costado unos 50.000 euros a la ciudad, y yo me pregunto: ¿se puede ser más inoportuna a la hora de tomar decisiones, en plena pandemia, mientras los negocios están cerrados o cerrando y sin ayudas suficientes para los bancos de alimentos, comedores sociales, etcétera? Se provoca al ciudadano al decir que con los impuestos se le pague a un señor por hacer esta obra -el señor es Miguel Couto-, que sin ser crítico de arte aseguro que alguna sardina más xeitosa he visto. Ya solo me queda invitarles a que vengan a verla. Está en una glorieta donde se acaba la calle de la Torre y empieza la Plaza de España y juzguen si eso es para gastarse 50.000 euros del presupuesto. Por cierto, los relojes exteriores del Ayuntamiento llevan desde julio sin funcionar. Luis Cancela Reimúndez.