Rocío Carrasco, Irene Montero y los jueces
En un mundo donde impera la apariencia sobre la esencia, y lo sentimental sobre lo racional, es fácil malinterpretar informaciones donde algunas imágenes adquieren tal protagonismo argumental, que corremos el riesgo de tomar el rábano por las hojas quedándonos en lo superficial y sin vislumbrar lo que se oculta a nuestra vista. Esto ha podido sucedernos al analizar lo relativo al docudrama de Rocío Carrasco, que ha ocupado una parte importante de la información de estos días, impidiéndonos apreciar algo más trascendente que el monitorizado y «monetarizado» asunto en sí: la preparada intervención, que no irrupción, de toda una ministra del Gobierno que, aprovechando unos programas «con altísimos niveles de audiencia», nos largaba su conocido discurso incriminatorio contra el heteropatriarcado machista y opresor, la falta de sensibilidad de la justicia con las mujeres maltratadas, etcétera. Discurso que alcanzaba su clave de interpretación en las palabras «más allá de lo judicial...», con las que Irene Montero nos desvelaba que no se trata ya de lo que determinen los jueces en un proceso con todas las garantías, sino de lo que dictaminen ella y su cohorte ultrafeminista en cada caso. Sinuoso modo de deslegitimar el poder judicial, que mañana podrían dirigir contra cualquier otro asunto juzgado que les interese cuestionar. Miguel Ángel Loma. Sevilla
Desde la distancia
A menudo la distancia y la visión desapasionada ofrecen una perspectiva inmejorable para analizar las cosas. La distancia de casi 1.000 kilómetros desde donde vivo a Galicia y el desapasionamiento con el que observo lo que allí sucede, junto a la información constante a la que accedo, me ofrecen la visión de una comunidad donde las decisiones que se han tomado en relación con la reciente pandemia por el covid-19 han sido racionales, eficaces, efectuadas sin vaivenes y con una notable seguridad atendiendo a la complejidad de una crisis sobre la que desconocíamos todo o casi todo. No cabe duda de que la estabilidad política de que actualmente goza Galicia juega un papel trascendente a la hora de tomar decisiones importantes. La positiva experiencia en el cargo del presidente de la Xunta y la gestión efectuada de la crisis me lleva a pensar que Alberto Núñez Feijoo puede ser el líder que necesita el Partido Popular en España para superar el estado de descrédito, de lucha entre facciones y desgobierno que actualmente sufre. Ismael Piñas Forcadell. Amposta-Tarragona.