La guardería del conocimiento

Manuel-Luis Casalderrey QUÍMICO, PREMIO DE DIVULGACIÓN 2022 DE LA REAL ACADEMIA GALEGA DE CIENCIAS

OPINIÓN

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10 jul 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Todavía se sabe muy poco del cerebro, por eso se dice que estamos en la guardería del conocimiento del órgano principal de nuestro cuerpo: el cerebro. Nuestra vida, física y espiritual, depende del cerebro. Es una figura retórica, exenta de realidad, atribuir al corazón determinados sentimientos o acciones que se generan en el cerebro y se ejecutan desde el cerebro. El corazón es una indispensable y maravillosa bomba aspirante-impelente que mantiene la circulación de la sangre en continuo movimiento para que el oxígeno y los nutrientes lleguen a todas y cada una de las células del cuerpo. Los sentimientos no están relacionados con el corazón.

Dentro del escaso conocimiento, es una buena noticia que tengamos por primera vez un mapa estadístico de cómo evoluciona el cerebro a lo largo de la vida, desde las primeras semanas de la gestación hasta los cien años de vida (Muy Interesante, nº 494, julio 2022). Se han analizado más de cien mil escáneres cerebrales de personas sanas y con trastornos, de todas las edades, incluido el feto. La información recogida tiene un pentabyte de datos (mil millones de bytes). A partir de ella se han establecido una serie de interesantes conclusiones.

Se han medido los volúmenes de las sustancias gris y blanca. El pico máximo de la gris se produce a los 6 años. El cerebro alcanza la cumbre del tejido celular en la infancia. A partir de ahí, las neuronas decaen progresivamente.