
Incendios y abandono rural
Me sorprende que los políticos o grandes poderosos encerrados en su espejo de cristal bajen del pedestal y ahora se preocupen de los fuegos que asolan nuestra descosida tierra. Ni este ni otros gobiernos han hecho lo necesario para que el mundo rural sobreviva, ni tan siquiera han creado políticas de carácter inclusivo y medioambiental de una mayor extensión y preocupación por la limpieza de sus montes y caminos. Y para ello, es necesario implicar a la gente y dotar de más recursos e infraestructuras, así como trabajar por la limpieza y el cuidado de los bosques. Se debe castigar más a quienes incendian el monte, establecer más medios, formar más a la gente, a los niños y jóvenes en los institutos y universidades sobre la importancia de cuidar nuestros ecosistemas y el medio ambiente. Estamos en una situación muy delicada, y no se está haciendo todo lo posible por mejorarla. Los árboles mueren calcinados por el fuego, junto a la multitud de casas y de animales. No es justo que no pueda haber una política de gestión forestal más coordinada, a través de la que se ofrezca a los municipios tener más poder y competencias. Hagamos a todos responsables de la naturaleza, y no la veamos simplemente como un objeto de usar y tirar. Eduardo M. Ortega Martín.
¿Quién puede matar a un niño?
Hemos visto fosas, muertos en línea a lo largo de calles, civiles que no han empuñado un arma. Hemos visto el cuerpo de un niño con síndrome de Down en un ataúd. No puedo imaginar lo que un padre y una madre pueden sentir, ahogando todo el dolor en la pena infinita de ver a su hijo muerto en el centro de la calle. Es la guerra, declarada por la locura de Vladimir Putin, que ha desatado su ideología criminal para cobrarse miles de vidas inocentes. Donde la barbarie no se detiene, donde la vida de un niño no importa.
No es posible entender que haya personas que apoyen a Putin, ni tampoco que las tropas bajo su mando hayan matado oficialmente a más de 1.000 niños. Las cifras de este genocidio son provisionales, ya que han bombardeado más de mil colegios. Ya se sabe por dónde empezó matando: por los más débiles, por los más pequeños. Con misiles o de hambre.
El balance de muerte y destrucción va a ser estremecedor. Falta de humanidad. El genocida del Kremlin se ha centrado en causar el máximo daño posible mostrando su predilección por el bombardeo de zonas atestadas de niños. Máximo de la Peña Bermejo.
Una vez más, educación digital
Hoy los temas de actualidad son: el calor y sequía extremos, la energía por la guerra ucraniana, los precios de los alimentos (una verdadera locura, al igual que los de otros productos y servicios que sufren una galopante e incesante inflación). A todo ello se le ha unido el precio del dinero, tras el cambio de política por parte del Banco Central Europeo. Esta situación, nos lleva a un enfriamiento e hibernación de la economía, tanto en nuestro país como en Europa y Occidente. Estados Unidos no pasa por su mejor momento inflacionista, tras las subidas de tipos por parte de la FED. ¿Qué o quién nos va a sacar de la parálisis económica actual?
En este mundo cada vez más digital, la nueva era de las herramientas y productos tecnológicos lleva camino de ser la de la industrialización que permitirá a occidente tener una época dorada. Como ejemplo las cumbres políticas entre Biden y Xi Jinping, puesto que se realizan a través de Zoom, en lugar de ser con presencia física. Los países necesitan digitalizarse para tener, al menos, un futuro próspero. Pero para hacerlo necesitan tener ciudadanos y trabajadores formados y versados en las nuevas tecnologías. Y es en este punto en el que nuestro país «pincha en hueso». Ni el Gobierno central, ni los gobiernos autonómicos que tienen transferidas las competencias de educación, han dado comienzo a la transformación educativa digital de España. Seguimos invirtiendo mal nuestros impuestos. Lo hacemos en un sistema educativo obsoleto, que no dispone de trabajadores tecnológicos. Esta ausencia es y va a ser un lastre para el crecimiento y futuro de nuestra economía.
Al finalizar este verano las vacaciones, protagonizaremos una nueva vuelta al cole con libros en papel. Lo haremos aunque sabemos, sin embargo, que el futuro apunta al desarrollo de los medios tecnológicos. ¿Hay alguien que lo pueda entender? Pedro Marín Usón.