Los tres olvidados: nunca les dijeron dónde estaban sus cuerpos

Cartas al director
Cartas al director CARTAS AL DIRECTOR

OPINIÓN

ALBERTO LÓPEZ

05 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

«Una tumba en el aire»

Es el título de la novela de Adolfo García de los tres coruñeses asesinados por ETA en marzo de 1973. También, podría ser el título de «los tres olvidados». Al final, tenía razón el etarra arrepentido Suárez Gamboa que decía: «De los galleguiños, ni hablar». Humberto Fouz, Fernando Quiroga y Jorge García, de 29, 25 y 23 años, respectivamente, fueron secuestrados, agredidos, torturados y asesinados en el santuario francés de San Juan de Luz. Pero, ¿cuándo murieron para sus familias? ¿A los dos meses, a los diez o a los dos años? Sus padres, mientras vivieron, no recibieron nunca el mínimo consuelo de la Xunta, ayuntamiento o diputación de su ciudad. Nunca nadie se comunicó con ellos. Hay muchas personas que saben en dónde están sus cuerpos. Pero si no condenan la violencia, nunca se hará justicia, ni por ellos ni por su familia. Carlos Beade. A Coruña.

  El pulso de energía

Ucrania soporta las bombas y suma los muertos. Rusia desinfla su colosal maquinaria bélica en un pulso mediático cara a Occidente. El pulso entre titanes que mantiene a medio mundo apretando los dientes, se estanca en pequeños tira y afloja que solo consumen las escasas energías de la población mundial. Ucrania pide más madera a Occidente, Rusia corta la sangre a un corazón europeo con taquicardia, Estados Unidos no sale de los límites, mientras China se frota las manos incrementando su poder armamentístico.

Hemos creado un monstruo a costa de la dolce vita. El tener petróleo y gas a buen precio nos llevó a amamantar y pasar la mano por la espalda de un perro rabioso que esperaba el momento idóneo para sacar las garras y morder con sed de venganza.

En medio de este caos mundial estamos los españoles, que tenemos como único propósito llegar a final de mes. Eso sí, antes pasando por Marbella para luego quejarnos cuando vemos en el telediario de lo caro que está el pan.

El pulso de la energía no tiene dominador claro y todo va a depender de la capacidad de resistencia de ambos contendientes. Apretemos fuerte los dientes y esperemos que venza el de siempre: el bueno, como en las películas. Óscar Castillo Fernández. Ourense.