Mirón en Davos

Luis Ferrer i Balsebre
Luis Ferrer i Balsebre MIRADAS DE TINTA

OPINIÓN

LAURENT GILLIERON | EFE

15 nov 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

En 1971 Klaus Schwab, un profesor alemán que enseñaba gestión industrial en Lausana, reunió en la bucólica localidad suiza de Davos a los principales líderes mundiales, presidentes de gobierno y empresarios más poderosos del mundo. Aquella primera reunión siguió desarrollándose año tras año hasta la actualidad, constituyendo el Foro Económico Mundial de Davos, o lo que es lo mismo, el punto de encuentro donde los que dirigen el mundo sientan las bases de la vida de todos. El señor Schwab —que actualmente tiene 81 años— sigue patrocinando estos encuentros y es sin duda uno de los personajes más influyentes del planeta.

En Davos 2022 acudieron todos los que son algo en el mundo y este año lo inauguró el presidente chino, Xi Jinping, que es quien va a cortar el bacalao de ahora en adelante.

El Foro de Davos es un encuentro al que todo poder quiere asistir, no solo para escuchar las reflexiones del resto sino, sobre todo, para leer entre líneas y deducir lo que no se dice, que es lo más importante. Como en todos los foros y congresos significativos, lo más interesante se cuece en los pasillos y en petit comité.

En Davos, además de las sesiones plenarias, se organizan reuniones aparte y de pocas personas en las que se pacta lo que van a hacer con nosotros en los diferentes ámbitos de la vida. Hay gente que paga auténticas millonadas para que le dejen sentarse a la mesa de juego, como en esas partidas de póker exclusivas.

No creo que haya nada más interesante en el mundo que ser mirón en los petits comités de Davos. ¿Se imaginan poder estar de pie mirando las partidas donde se juega todo nuestro futuro?

Al pirata cojo de Sabina le faltó ser mirón en Davos.