Los odiosos once de Luis Enrique

César Casal González
César Casal CORAZONADAS

OPINIÓN

HAMAD I MOHAMMED | REUTERS

20 nov 2022 . Actualizado a las 13:15 h.

España va a ganar el mundial, aunque fútbol es fútbol y, ojo, Macedonia eliminó a Italia, que se quedó sin mundial tras llevarse la Eurocopa. Pero, si nada se tuerce, tenemos un equipazo de benjamines, pero equipazo. Nos da igual el grupo de la suerte o el de la muerte, como quieran llamarles. El pánico es para Alemania, Japón y Costa Rica y, luego, para las selecciones con las que nos crucemos. Luis Enrique lleva a un grupo de críos, pero es fiel a sus chiquillos de la Eurocopa. Hace bien, mejor ganar o perder con tus ideas que copiando las de los demás. Le caen palos de todas partes. No lo entiendo. Estamos ante el Luis Enrique más blando, ante el más democrático de la historia. Pero si lleva a Carvajal y a Marcos Asensio, un alarde de aperturista en su mentalidad de ordeno, mando y hago lo que me da la gana.

Una vez dijo Luis Enrique que «en los vestuarios siempre hay un gilipollas». En el suyo no quiere ninguno. No quiere figurones. Busca un equipo que se deje la vida, que recupere el balón tras pérdida en cero coma uno. Que vaya a por el partido al campo del rival. Y ese rendimiento incendiado lo ha encontrado en un grupo de chavales prodigiosos de los equipos más diversos. Nadie quiere en España a Morata, igual no lo quieren ni en su casa. Somos un país de odiadores. Pues, Luis Enrique a muerte con él. Todo el mundo duda de Dani Olmo, de Sarabia, de Soler, de Ferrán, pues para él son sus genios de la bola. Guillamón por Sergio Ramos. Claro, Lucho, no hace falta experiencia para ganar un mundial. A Sergio Ramos no le gustó quedarse fuera: «Es duro, pero todos los días vuelve a salir el sol. No cambiará absolutamente nada en mí. Ni mi mentalidad ni mi pasión ni mi constancia ni el esfuerzo y la dedicación de 24 horas pensando en fútbol. Este es mi sentir y quería compartirlo con vosotros».

Luis Enrique, que tan mal cae, tiene un olfato sin precedentes para descubrir joyas. Lo de Pedri o Gavi son ejemplos de historia precoz del fútbol. Ningún otro seleccionador se hubiese atrevido a darles la pelota sin el fuerte carácter de Luis Enrique, que las aguanta todas. A Luis Enrique le estorban los periodistas, nos ningunea, como hacen muchos políticos. No pasa nada. En nombres puede parecer que es mejor Francia. Suman más estrellas, pero no saben muy bien a lo que juegan. Tienen a uno de los mejores futbolistas de los próximos años, Mbappé, pero podemos ganarles. A los que les cuesta apoyar a esta España de Luis Enrique con sus chavales rebeldes que animen a Francia por Benzema, a Argentina por Messi o a Brasil porque la camiseta es bonita y es leyenda, si se sienten más cómodos. Pero los demás estamos a muerte con este grupo salvaje de Luis Enrique, con sus odiosos once. Es imposible hacerlo mejor en menos tiempo. Una final en la National League, una semifinal en una Eurocopa. Ni tal mal. Y ahora otra final en un mundial, aunque sea en Catar, donde jamás se tenía que haber celebrado ni una reunión de coleccionistas de sellos. Pero nada nos gusta más que el dinero.