
Hoy escribo sobre el mejor artilugio científico-tecnológico-político que haya existido nunca: la palanca de fuerza. La comunicación del uso de la palanca la ha hecho un diputado de ERC cuyo apellido queda tan mal parado en la información del DRA que, si yo me apellidase así, intentaría cambiarlo. En su comparecencia dijo: fue necesario recurrir a palancas de fuerza para obligar al presidente del Gobierno a modificar el Código Penal.
¿Qué son esas palancas de fuerza que han obligado al presidente del Gobierno a cambiar drásticamente el planteamiento de la campaña electoral por otro que deja desprotegida la nación española frente a la amenaza separatista?
La palanca es una máquina simple cuya función consiste en trasladar fuerza y desplazamiento. Es conocida la ventaja de fuerza: una pequeña fuerza se transforma en una fuerza mayor. La palanca está constituida por una barra rígida que puede girar libremente alrededor de un punto de apoyo o fulcro. No tenemos datos, por eso la imaginación ha especulado con el tipo de palanca usada, en dónde estaría el fulcro, qué parte recibiría la fuerza que doblega voluntades y consigue que una persona pase de pensar blanco a pensar negro.
En la actualidad, el citado diputado, insiste en aplicar el mismo método al referendo de autodeterminación.