Roald Dahl es un gusano muerto

Eduardo Riestra
eduardo riestra TIERRA DE NADIE

OPINIÓN

Roald Dahl
Roald Dahl

13 mar 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

El revisionismo para adaptar el pasado a la moralidad de nuestro presente, a la tranquilidad de nuestras reglas, es una actitud recurrente. Lo hacen, sobre todo, los dictadores, en Cuba, en China, en Nicaragua, en la España de Franco y en la Rusia de Stalin, que tenía el oído fino para la música heterodoxa de Shostakóvich, por ejemplo. Hace unos años, en España, en plena catarsis democrática, ocurrió el escándalo —del que, por cierto, todo el mundo salió de rositas— del linchamiento de Hernán Migoya por su libro de relatos titulado Todas putas. Lo de Migoya, sin muertes, fue como las brujas de Salem, y no exagero. Corría el año 2003, es decir, ahora mismo. 

En Inglaterra, los educadores y los administradores, las cabezas del rebaño, con su mejor intención, quieren modificar, parece, los cuentos infantiles de Roald Dahl, para que sean aún más infantiles. No quieren que los niños tengan acceso a la violencia, a los malos modos, a la palabra gordo. Algo así ya pasó con Mark Twain y sus novelas del Misisipi, Tom Sawyer y Huckleberry Finn, de las que se quiso purgar la palabra negro como adjetivo calificativo del negro Jim, como si lo malo fuese el color de la piel y no la esclavitud.

Tal vez los ingleses pudieran patrullar también para buscar gusanos muertos y hacerlos de inmediato desaparecer de la vista de los niños. Incluso podrían silenciar los truenos de las tormentas, cosas así. Me parece que los niños ingleses, cuando se hagan adultos, se van a llevar un susto descomunal.