María es una faneca brava

OPINIÓN

María Vázquez, en un fotograma de «Matria», filme con que Álvaro Gago debuta en el largometraje.
María Vázquez, en un fotograma de «Matria», filme con que Álvaro Gago debuta en el largometraje. Avalon

18 mar 2023 . Actualizado a las 18:41 h.

Es bien cierto que Hollywood no conoce a las mujeres de Arousa porque entonces sabrían de verdad lo que es estar en todo a la vez en todas partes. En Hollywood no conocen aún a Ramona, la protagonista de Matria, la película de Álvaro Gago de la que no se puede dejar de hablar. Y tampoco conocen a esa faneca brava que es la actriz María Vázquez. Si no, le darían el año que viene el Óscar por ese papelón de Ramona que se nos mete dentro y no somos capaces de sacar de la cabeza. María consigue que nos ramonicemos todas y supuremos por los poros de esas mujeres gallegas que botan por fóra. María es Ramona y es Matria, porque ella sola impregna de principio a fin toda la película: friega en una conservera, hace todo por su hija, soporta a un hombre que la usa, se asfixia en sobrevivir en el día a día y pelea como una jabata hasta la destrucción. Y está soberbia, encumbrando a todas las Ramonas que nos habitan. María está de premio, de Goya, de Óscar, elevada en una categoría a la que llegan pocos actores en su carrera. Hablamos de Zahera en As Bestas como el intérprete sobresaliente, pero María en Matria hace la tercera M de Matrícula. Dejas de verla a ella para ver a Ramona en un estado hiperactivo que desasosiega. Inmensa, real, extraordinaria... Todos los calificativos se quedan cortos para esta Ramona, esa gallega de costa que huye del interior: es inquieta, abierta, va de frente, espontánea, con veneno en la lengua y agudeza para picar. ¡Menuda faneca brava!