Comunicación entre bacterias, clave en el diseño de nuevos tratamientos

María del Mar Tomás Carmona MÉDICO MICROBIÓLOGA DEL HOSPITAL DE A CORUÑA, INVESTIGADORA DEL INSTITUTO DE INVESTIGACIÓN BIOMÉDICA (INIBIC) Y PORTAVOZ DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE ENFERMEDADES INFECCIOSAS Y MICROBIOLOGÍA CLÍNICA (SEIMC)

OPINIÓN

FPA | EUROPAPRESS

11 jun 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Esta semana hay que celebrar una estupenda noticia, tres microbiólogos investigadores de Estados Unidos, Peter Greenberg, Bonnie L. Bassler y Jeffrey I. Gordon, han sido galardonados con el Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2023. 

Greenberg, de la Universidad de Washington, acuñó el término cuórum en 1994 (en inglés Quorum Sensing) al descubrir cómo las bacterias expulsan moléculas de comunicación específica entre especies bacterianas. Bassler, de la Universidad de Princeton, analizó el lenguaje universal de las bacterias mediante moléculas de señalización, que se regulan con la densidad de población bacteriana, y que determinan de forma coordinada el comportamiento de las bacterias ante condiciones de estrés para evitar la muerte.

Dicho sistema favorece la formación de biopelículas, la expresión de factores de virulencia y la resistencia antimicrobiana, entre otros muchos factores, los cuales favorecen la supervivencia de las bacterias. El conocimiento de dicho sistema y su relación con los virus permite el desarrollo de nuevas terapias antiinfecciosas. Entre ellas, destacan las enzimas y moléculas que inhiben dicha comunicación entre las bacterias, evitando la formación de biopelículas y la producción de factores de virulencia. Estas enzimas y moléculas podrían ser administradas en combinación con antibióticos favoreciendo su actividad.

Recientemente, ha sido descrita una estrecha vinculación entre dicho sistema de comunicación bacteriana o cuórum y la resistencia a la infección por fagos (o virus que matan las bacterias y que comienzan a ser utilizados como tratamiento). Por ello, la inhibición de dicha comunicación bacteriana también podría favorecer la terapia por fagos o fagoterapia.

Gordon, de la Universidad de Washington en San Luis, centró sus investigaciones en el trasplante fecal de persona a persona para el tratamiento de enfermedades como la colitis, lo que permitiría llevar a cabo una medicina personalizada mediante el estudio del microbioma humano.

Por ello, felicitar a los premiados y agradecer sus investigaciones y descubrimientos, los cuales favorecerán el desarrollo de nuevos tratamientos antiinfecciosos para combatir las bacterias resistentes a los antibióticos.

Además, sus publicaciones permitirán llevar a cabo nuevas líneas de tratamiento centradas en una medicina personalizada a través del microbioma humano.