La acción bélica de Diriangén es considerada como la primera manifestación de rebeldía contra la conquista de Nicaragua por los españoles. La sangre a la que se refiere la canción es la que fue derramada del rey amerindio Diriangén en su lucha contra los invasores españoles. Y la canción de Carlos Megía Godoy hace esa mención en la canción destinada a celebrar la caída del régimen de Anastasio Somoza y, en consecuencia, la victoria sandinista, con el advenimiento de la democracia.
En la canción se menciona la conquista española de Nicaragua. Sin embargo, no hay ninguna referencia a la conquista y ocupación permanente del país por parte de los Estados Unidos. Los intereses de EE.UU. han sido y siguen siendo permanentes en Nicaragua. La influencia norteamericana podemos decir que es endémica, pero de algún modo aceptada y silenciada por falta de crítica.
Quizá esa cuestión tenga algo que ver con lo manifestado por Anastasio Somoza en 1936, dos años más tarde de dar muerte a Sandino, cuando afirmó que había recibido órdenes del embajador estadounidense Arthur Bliss Lane para matar a Augusto Nicolás Calderón Sandino, quien lideró la resistencia nicaragüense contra el ejército de ocupación estadounidense. Con su lucha logró que las tropas de los Estados Unidos salieran del país. De eso, poco o nada se dice y publicita. No aparece en el cancionero nicaragüense referencia a esa conquista y ocupación permanente estadounidense.
En las últimas semanas, en una declaración pública, el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, saludó la excarcelación de 222 personas (presos políticos) y destacó que el acontecimiento «es producto de una diplomacia estadounidense concertada». Asimismo, puso de manifiesto que la liberación fue «un paso en la dirección correcta para el pueblo de Nicaragua» y que Estados Unidos espera «que sea un presagio de pasos adicionales por venir».
Una vez más, y como siempre, EE.UU. interviniendo en la política nicaragüense y, ahora, facilitando al régimen autocrático de Daniel Ortega la permanencia en el poder; y, para ello, cooperando activamente en el destierro de los líderes de la oposición. Una forma sibilina de eliminar a la oposición. La manera más lisonjera de dejar el campo libre al autoritarismo de Daniel Ortega, su mujer y su familia. Dejar vía libre a una camarilla que tiene un paralelismo manifiesto con el anterior régimen de los Somoza.
Es cierto que otra cosa no se podía esperar de Daniel Ortega, que no fue uno de los comandantes de la revolución. Pero vio cómo los comandantes de la revolución sandinista ya apuntaron sus maneras, pues en cuanto alcanzaron el poder se adueñaron personalmente por la fuerza de mansiones y posesiones, sin seguir procedimiento legal alguno. En esa línea está Ortega y toda su camarilla, con el apoyo de EE.UU.
Carlos Megía Godoy criticó la conquista española, pero no le oigo, ni a él ni a otros, criticar la conquista y ocupación permanente de Nicaragua por los Estados Unidos, interviniendo activamente para mantener los intereses norteamericanos en el país.