Los mundos de Trump y Harris

Carlos G. Reigosa
Carlos G. Reigosa QUERIDO MUNDO

OPINIÓN

Brian Cahn / Zuma Press / Contac | EUROPAPRESS

23 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Lo primero que cabe advertir es la enorme distancia que hay entre la política que quiere desarrollar Donald Trump y la que pretende llevar a cabo Kamala Harris, cuando ya ha quedado muy claro que reina un abismo entre ellos y que serán muy distintas las consecuencias políticas de que gane uno u otro, tanto en el ámbito estadounidense como en el internacional.

El debate Trump-Harris ya dejó claras algunas cosas, entre ellas que los tiempos parecen estar cambiando y que las consecuencias de la victoria de Harris, en el caso de producirse, serían muy distintas, en particular en asuntos concretos como la guerra de Ucrania, que será atendida de muy distinto modo según quien ocupe la Casa Blanca.

El próximo 5 de noviembre se verá el desenlace electoral, que tendrá una amplia repercusión internacional, porque estará en juego nada menos que toda una visión del mundo, que puede afectar muy directamente al porvenir de Ucrania en su guerra con Rusia y también al comportamiento de la OTAN en este y en otros casos. Porque todo parece indicar que Harris, como ha hecho el expresidente Joe Biden, defendería una Ucrania libre y soberana. Todo lo contrario que Trump, que no ha manifestado querer la victoria de Kiev y que mantiene unas equívocas buenas relaciones con Vladimir Putin.

En todo este proceso, los norteamericanos han ido descubriendo el abismo político que separa a Donald Trump de Kamala Harris, y esto ha ido generando una suerte de preocupación política que solo tendrá fin después de que termine el proceso electoral. Porque los estadounidenses han ido conociendo con cierta inquietud las diferencias que separan a ambos candidatos en sus distintas posiciones y ofertas.

Espectadora singular de todo esto es la Unión Europea, que prefiere la armonía que pilotó el presidente Joe Biden y que tendría continuidad con Kamala Harris, antes que el supuesto o real caprichismo de un Donald Trump particularmente egocéntrico.