![Jeremy Allen White, protagonista de la serie «The Bear».](https://img.lavdg.com/sc/ZanId223q3QKh9m75zZR6DTtj0E=/480x/2024/09/14/00121726330562238874132/Foto/j_20240914_162259001.jpg)
No por esperada ha dejado de ser sorprendente la primera temporada de The Bear a la que he llegado tarde. Y aunque hay dos más esperando en la nevera para saborearlas como se debe, es tan excitante su ritmo que por momentos te ves metida en una película de gánsteres de Scorsese o en aquella maravillosa ficción que fue Canción triste de Hill Street. Lo mejor de The Bear, dicen algunos, es su protagonista, Jeremy Allen White, al que todos conocimos como Lip Gallagher y que otros referencian como el exnovio de Rosalía. Jeremy se sale como el cocinero atormentado en este drama culinario que es comedia, porque está lleno de vida. Pero también de suciedad, de ansiedad, de intensidad y de todas esas palabras que pueden darnos tanto miedo como El oso que nos tiene atrapados en una jaula. No quiero despistarlos: imagínense una cocina de un cuchitril de Chicago, un grupo de personas en pocos metros cuadrados y un tipo brillante intentando cumplir el deseo de su hermano muerto. Todo es explosión en The Bear, pero lo mejor de la serie no es solo Jeremy, es él y ese ritmo de rodaje tan palpitante con la cámara en el hombro, metida casi en las sartenes (y en las sienes), y la frescura de los actores que aciertan en la primera toma. Y qué banda sonora. Lo mejor de The Bear es todo. Al menos todo lo que he visto hasta ahora.