De Carlos Mazón hemos visto esta semana muchas imágenes y muchos vídeos que dan buena cuenta de su personalidad. Lo hemos visto cantando ese «Nada, nada, nada es igual si no estás tú, uouó, uouó, uouó», una versión de aquel tema de Bacchelli Y solo tú, y solo yo que conocen tan bien los que en el año 81 estaban sentados enfrente de la tele viendo Eurovisión. No hay nada malo en cantar, ni mucho menos, pero como dirían ahora los jóvenes, da mucho cringe ver reproducido ese videoclip una y otra vez porque, efectivamente, ya dimensiona la falta de pudor del presidente de la Generalitat Valenciana. Esa falta de recato no son nada al lado de los requiebros y del estilo chulapo con el que Mazón se dirige a la periodista Maribel Vilaplana, con la que supuestamente estuvo comiendo en un restaurante cuando no lo localizaban, en un acto ante muchos espectadores. Ese vídeo, por supuesto, ya corre como la pólvora. Dice Mazón cuando sube al escenario: «La noche ha empezado fenomenal porque ha empezado con la aparición de Maribel Vilaplana, que, como todo el mundo sabe, es síntoma de que todo va a ir muy bien. Y ya sabéis que en Valencia hay dos tipos de galas: las que presenta Maribel Vilaplana y las demás. Un aplauso para Maribel Vilaplana»... Ese es el nivel, Maribel, de este político que pasará a la (peor) historia.