O lo amas o lo odias, no hay término medio para Marc Giró que, al frente del Late Xou, en La 2, se ha hecho con un grupo enorme de haters y de seguidores. Pero de seguidores tan fieles que lo han ido aupando como un referente de la provocación y de todo aquello que incomoda. Por eso Marc, refinado en el amaneramiento extremo, ha hecho de sí mismo un personaje buscarruidos, alborotador que rompe los topicazos con dos imbatibles: marica y catalán. Con esas dos definiciones —que a él tanto juego le dan y que lejos de esconderlas, las ensalza—, cada noche se echa a las fieras que ya saben que lo van a despellejar. Por eso sus monólogos, más que sus entrevistas, están calando entre un público ávido de ingenio. Giró se come con patatas a todos esos cuñados que son capaces, por ejemplo, de soltar de pronto que ahora hay menos libertad de expresión que antes o que en cualquier conversación se atreven a decir que en España hay «demasiados emigrantes». «¿Cuántos son demasiados? ¿Cómo reconoces tú a los emigrantes para saber que hay superávit? ¿Vas sumando con la calculadora? ¿También hay cupo para ser español? Chico, te molestan los inmigrantes que quieren ser españoles, y te molestan los independentistas... ¿Qué hacemos con los emigrantes que sobran? ¿Los lanzamos al mar y los ahogamos?». Giró no defrauda. Viendo cómo lo ponen en redes, se confirma la buena salud de nuestra lengua.