La toma de Nicolás

Eduardo Riestra
Eduardo Riestra TIERRA DE NADIE

OPINIÓN

Leonardo Fernandez Viloria | REUTERS

13 ene 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

La jura del cargo de presidente de Venezuela de nuestro amado líder Nicolás Maduro no tiene desperdicio y les aconsejo a ustedes que la vean urgentemente. Yo creo que tanto él como el presidente de la Asamblea Nacional Jorge Rodríguez deberían iniciar una carrera como dúo cómico. Además de los numerosos chistes a los que nos tiene acostumbrados el flaco Nicolás, ahora jura su cargo por la «nueva democracia», que se ve que es la que lo ha llevado a seguir en el poder. Es verdad que la vieja democracia, la nuestra de ahora, es mucho más aburrida: se vota y el que saque más, gana. La nueva democracia es a la inversa: se vota y el que saca menos, gana. Es como la subasta del pescado a la baja en las lonjas gallegas, o hablar por la a. Es como jugar al Antón Pirulero. Como las siete y media. Nicolás Maduro no tiene vergüenza y por eso mismo exhibe urbi et orbi, junto a su lacayo Rodríguez, su desfachatez cómica que a veces recuerda a la de Faemino y Cansado. Y resulta descacharrante que sus grandes valedores sean Díaz Canel y —sobre todo— los Ortega, que son como los Ropper pero matando. Es como llevar de testigo de tu boda al violador del Ensanche.

A mí lo de Maduro no me impresiona nada. Lo que sí me impresiona es la indignidad del ejército venezolano que le da la espalda a su pueblo y defiende con las armas la corrupción. Yo creo que además de los gobiernos que condenan la dictadura, los ejércitos de los países democráticos deberían condenar la deshonra del ejército de Venezuela.