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Pedro Sánchez no está de salida. Lo dice cada vez que tiene ocasión y no parece ir de farol. Su objetivo prioritario es seguir en la Moncloa. Asegura que va a agotar la legislatura, y convocar elecciones en el 2027 para «volver a ganar» (sic). Pero esta segunda parte es menos creíble. El Gobierno que preside está en una situación de parálisis que le aboca a buscar una salida. Sánchez encabeza un Gobierno minoritario que, pese a ser de coalición, no tiene el apoyo de una mayoría parlamentaria. Hace meses que subsiste con respiración asistida, no solo sin Presupuestos, también sin la seguridad de poder aprobar casi ninguna iniciativa propia en el Congreso. ¿A qué espera para convocar elecciones y salir de esta agonía?
Pudiera parecer que es ahora o nunca. Lo esencial parece ir de fábula, o eso dice el relato oficial. La economía española va como un cohete, España acaba de superar los 49 millones de habitantes; el Congreso acaba de votar la revalorización de las pensiones, el salario mínimo ha subido un 70 % con Sánchez…
El último CIS dice que el PSOE amplía su ventaja sobre el PP al máximo desde las últimas generales, y que Pedro Sánchez es el presidente del Gobierno preferido por el 25 % de los electores, muy por encima del 21 % que votó al PSOE en julio del 2023.
Si esto es así, ¿por qué Sánchez no aprieta el botón rojo y convoca ya mismo?
Primera opción. Puede ser que no se crea su propio relato. La afición de Sánchez por el márketing electoral le ha dado, en ocasiones, extraordinarios resultados. Así fue cuando luchó por la Secretaría General del PSOE escoltado por Iván Redondo, por el flanco del relato, pero también por Ábalos y Koldo, por el flanco de la movilización de las bases y de la custodia física de los avales, el segundo. Porque Sánchez es un hombre de acción y sabe bien que solo con el relato no basta. Su interés en el relato y la comunicación política no parece haber decaído, más bien se ha sofisticado. Quien hoy dirige su Gabinete es un reputado académico, doctor por la prestigiosísima universidad de Oxford con una tesis doctoral sobre el engaño, o la mentira, y su uso a lo largo de la historia. El manejo del relato sigue siendo esencial para Sánchez.
Segunda posibilidad. Puede que Sánchez no se crea el último CIS de Tezanos. Motivos tiene. Uno, las demás encuestas ponen al PP por delante del PSOE y dan mayoría absoluta al PP y Vox. Dos: se trata de una encuesta muy sesgada, tanto que, según sus datos, al PP le votaría solo el 23 % de los españoles, y no el 33 % que lo hicieron en julio del 2023.
Aun así, no hay que descartar que Sánchez busque la salida apretando el botón rojo. La razón: la pésima gestión de la dana ha cambiado drásticamente la dinámica electoral en España. Y casi todo es posible.