Desde que la información meteorológica es casi tan larga como los telediarios hay que darle otro valor. Y ahí, entre todos los meteorólogos, sigue imbatible Martín Barreiro, o noso Martiño, que marcó una época como el chico del tiempo que llevaba coleta. Fue también el dandi de las isobaras, el único que se atrevió cuando nadie lo hacía a salir en pantalla con unas chaquetas hechas a medida, con ese estilo inglés que a él tanto le gusta. Porque Martín, además de amar la escritura de la época victoriana (Conan Doyle, Poe...), es de los que adora la niebla y el otoño, y esa humedad tan nuestra que a él le parece un placer porque, como nos confesó en una entrevista una vez, «las cosas huelen más». Él fue de los primeros en contar el tiempo con una cercanía que ya hace muchos años es tendencia, cruzando el plató de lado a lado y articulando un mapa que mucho ha cambiado desde que era en blanco y negro. Hoy el tiempo de Martín es otro telediario duradero, con más movimientos que una ciclogénesis explosiva y con el vaivén de pronósticos secundarios. Nos gusta la previsión y ahí él es un hacha, además de un icono pop, a quien le canta Carolina Durante, el grupo de moda: «Lo dice Martín Barreiro / se viene la hostia del año /como no nos estemos quietos». No es una copla lo de estar delante del mapa, Martín es un reclamo para el público que pone el foco. Y si no, tiempo al tiempo.