¿Por qué es crucial que las enfermeras pediátricas sean especialistas?

Jose Luis Fernández Trisac EN LÍNEA

OPINIÓN

CESAR QUIAN

18 feb 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

La salud es una de las principales preocupaciones de la sociedad moderna. A medida que el sistema sanitario evoluciona y enfrenta nuevos desafíos, la necesidad de contar con profesionales altamente capacitados se vuelve más crucial que nunca para garantizar una atención de calidad. En este escenario, la enfermería desempeña un rol fundamental. Siempre he defendido el valor del trabajo en equipo entre todos los que colaboramos en la mejora y recuperación de la salud. Sin embargo, no basta con contar con personal con una formación general; es esencial que las enfermeras en pediatría cuenten con una especialización que les permita atender con mayor precisión y eficacia las necesidades específicas de los niños. El 29 de junio del 2010 se publicó en el Boletín Oficial del Estado (BOE) la orden que aprobaba el programa formativo de la especialidad de Enfermería Pediátrica. Desde entonces, enfermeras especialistas en pediatría han ido incorporándose paulatinamente al mercado laboral tras completar su formación como enfermeras internas residentes (EIR), un sistema similar al mir que desde hace décadas especializa a los médicos. Además, como ocurre con la creación de cualquier nueva especialidad, se abrió una vía extraordinaria para que los profesionales con experiencia y competencias acreditadas en el ámbito pediátrico pudieran obtener el reconocimiento de la especialización. Esta evolución ha permitido que hoy en día contemos con enfermeras altamente capacitadas para afrontar con confianza y destreza el cuidado de pacientes neonatales en unidades de cuidados intensivos. En estos entornos críticos se requiere habilidad y conocimiento para colocar accesos venosos en recién nacidos con un peso inferior a un kilo, o para reconocer signos centinela que preceden a eventos potencialmente graves.

En el ámbito de la atención primaria, las enfermeras pediátricas desempeñan un papel fundamental en la prevención, el seguimiento del desarrollo infantil y la educación sanitaria de las familias. La especialización en enfermería pediátrica no solo mejora la precisión y seguridad en la realización de técnicas como la canalización de vías venosas o las curas, sino que también impacta en la experiencia del niño en el hospital o en el centro de salud. Un enfoque especializado contribuye a reducir el estrés infantil, mejorar su recuperación y favorecer su bienestar emocional. Las enfermeras pediátricas especializadas son clave no solo para optimizar los resultados clínicos, sino también para hacer un uso más eficiente de los recursos sanitarios, fomentar la investigación y fortalecer el reconocimiento de la profesión. Este reconocimiento debería ser, sin duda, un incentivo para seguir mejorando la calidad del cuidado infantil.

La inversión de tiempo y dinero público en la formación especializada EIR tiene que revertir en la incorporación de estos profesionales a plazas para las que han adquirido esa especialización, me cuesta encontrar argumentos que justifiquen lo contrario. En respuesta a la pregunta que encabeza este artículo, la conclusión es clara: es necesario promover la atención de los niños y niñas por enfermeros y enfermeras especialistas. Su formación marca la diferencia entre un cuidado común y una atención excepcional. En cualquier entorno donde se atienda a un niño debería haber una enfermera pediátrica.