
En el rostro de Carlos Mazón va a ser siempre 29 de octubre. Da igual que se esté acercando el mes de marzo. Contemplas su menuda cara y de pronto es otra vez 29 de octubre, o sea, que está a punto de caer sobre Valencia la dana más terrible y luctuosa que se recuerda, y está a punto de caer sobre El Ventorro la sobremesa más larga y enigmática que se recuerda. Dana y sobremesa irán ya siempre de la mano del protagonista de esta foto. Si la vida de Carlos Mazón da algún día el salto al cine, la película se podría tranquilamente titular Adivina a qué hora voy a llegar todo pancho al Cecopi esta noche. Hay personas hechas a sí mismas y hay personas desmentidas a sí mismas. Mazón ha entrado con honores en el segundo grupo, claro que él nunca lo va a admitir. En estos instantes, el hombre está abriendo la boca para decir que no dimite. Lo cual de paso abre la puerta a que el día menos pensado comparezca para decir que, por fin, sí.