«Black Mirror» retrata a Netflix

Beatriz Pallas ENCADENADOS

OPINIÓN

Rashinda Jones, en el capítulo de «Black Mirror» titulado «Gente corriente»
Rashinda Jones, en el capítulo de «Black Mirror» titulado «Gente corriente» Netflix

20 abr 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Siete temporadas después de la primera dosis, Black Mirror ha inoculado tantas veces el miedo en el cuerpo que la advertencia frente al dominio tecnológico se transforma en vacuna frente a un futuro virtual y borroso. Los nuevos capítulos de Charlie Brooker llegan en un contexto en el que las grandes tecnológicas ya hacen ostentación pública de su poder blando.

Justo en este momento, no sorprende que Netflix responda a su manera, con una mirada satírica hacia su propio modelo de negocio. No es la primera vez. Solo desde la seguridad de su posición dominante puede la plataforma amparar un capítulo que evoca a Joan es horrible, de la anterior temporada. En aquel, bromeaba con la capacidad de su algoritmo para radiografiar las vidas de sus usuarios y usar esa información a su antojo. Ahora, en Gente corriente, subraya la sumisión del cliente frente a servicios de suscripción mensual que se encarecen a criterio de la empresa. Ante un grave problema de salud, una pareja con limitados recursos se ve abocada a contratar una herramienta de pago con la que mantener a la mujer con vida, conectada por streaming a unos servidores. Es costoso, pero operativo al principio. Poco a poco los extras se van haciendo imprescindibles. Vivir sin anuncios y mejorar la cobertura son comodidades para abonados al paquete plus.