
El análisis arqueológico, paleontológico y genético de los restos hallados en enclaves prehistóricos de todo el mundo ha demostrado que nuestros antecesores homínidos hasta llegar al homo sapiens han sido especies fundamentalmente migratorias, y que el proceso de sedentarización solo se produjo con el desarrollo de la agricultura y la ganadería. Los estudios históricos de las civilizaciones más antiguas también han evidenciado que las sociedades sedentarias vivieron diversos fenómenos migratorios derivados de catástrofes climatológicas, invasiones o simplemente por carencia de alimentos. De todo ello se extrae que el ser humano, desde sus orígenes más remotos, se ha movido en busca de recursos para su subsistencia. Somos, pues, en nuestra gran mayoría, el resultado de la mezcla milenaria de muchas razas y etnias.
El ejemplo paradigmático de esta diversidad étnica en la era contemporánea es Estados Unidos. Este país es el resultado de los diversos fenómenos migratorios europeos tras la llegada de Colón al continente americano. Desde los primeros colonos británicos del siglo XVII, pasando por los holandeses, los franceses y españoles en el XVII y XVIII, la masiva migración irlandesa del XIX o la sueca, noruega y centroeuropea de finales del XIX y principios del XX, fueron millones los que se asentaron en el nuevo mundo. Huían de la pobreza, de la falta de perspectivas laborales, de las guerras, de la exclusión y, a su llegada a EE.UU., sus sueños de una vida mejor se vieron confrontados con la dura realidad de la segregación, la discriminación y la exclusión. Sin embargo, hoy muchos de sus descendientes, liderados por personajes como Donald Trump, mitifican sus orígenes, se consideran verdaderos norteamericanos y miran con desprecio a los latinoamericanos que buscan en su territorio un futuro mejor.
Es indudable que no es posible acoger a todas las personas que desean emigrar, tampoco es factible solucionar los problemas en sus países de origen, así que no hay otra opción que regular su llegada. No es irracional el control fronterizo y la imposición de requisitos para la entrada legal; sin embargo, sí lo es la expulsión sin estudiar con detalle cada caso. El equilibrio no siempre es fácil de alcanzar, pero la historia nos enseña que los que hoy son dominantes mañana pueden no serlo, y la injusticia nunca se olvida.