
A muchos llamará la atención que la Audiencia Provincial de A Coruña dictase un sentencia de divorcio que, a mayores de recoger las responsabilidades de los progenitores para con el hijo en común, establece la custodia sobre el perro de la familia, régimen de visitas, vacaciones, pensiones para la manutención del animal, gastos de veterinario, etcétera. ¿Excentricidad de los magistrados de la Audiencia? En absoluto. Se han limitado a incorporar los criterios de la Ley de Bienestar Animal sobre el cuidado de las mascotas familiares. Esta ley, del 2023, y que aún no ha tenido en el 2025 el impacto esperado cuando entró en vigor, tiene como objetivo fundamental proteger y garantizar los derechos de los animales de compañía y silvestres en cautividad. Además, introduce prohibiciones y obligaciones para los propietarios de las mascotas, fomentando la protección animal y previniendo el abandono. Los tiempos han cambiado y afortunadamente, por lo menos para los que amamos a los animales, se les ha considerado «seres sintientes», es decir, seres vivos dotados de sensibilidad. Se acabó lo de abandonar en una gasolinera al cachorro del que se encaprichó el niño en las últimas Navidades y que meses después se ha convertido en un estorbo. Más de uno lo seguirán haciendo, pero no sin arriesgarse a que la ley actué contra ellos.