Trump contra Harvard

Javier Guitián
Javier Guitián EN OCASIONES VEO GRELOS

OPINIÓN

Evelyn Hockstein | REUTERS

25 abr 2025 . Actualizado a las 09:39 h.

El presidente Donald Trump, en su batalla contra los centros de educación superior de élite de Estados Unidos, dijo hace unos días que la prestigiosa Universidad de Harvard no debería recibir más fondos federales. Trump también pidió formalmente que se suprima la exención otorgada: «Harvard ya ni siquiera puede considerarse un lugar decente de aprendizaje y no debería figurar en ninguna lista de mejores universidades del mundo».

Una de las más prestigiosas universidades del planeta, con más de ciento cincuenta premios nobeles, es según el erudito presidente de los Estados Unidos «un chiste, que enseña odio y estupidez» y estima que la institución recluta «izquierdistas radicales, idiotas y cabezas de chorlito». Supongo que si los jóvenes quieren formarse deben matricularse en el «Trump Plaza Hotel and Casino» de Las Vegas, propiedad del magnate.

Según han publicado diferentes diarios, otras universidades también sufren recortes y demandas de cambios: mil millones para Cornell, que ha presentado una demanda judicial, y 800 millones para North Western. Además, el Departamento de Educación anunció que está investigando a la Universidad de Stanford «por discriminación y acoso antisemita».

Por suerte, la Universidad de Harvard ha rechazado las imposiciones del presidente iniciando la rebelión contra la estupidez trumpista y su gobierno de ricos narcisistas e ignorantes antivacunas. Suspender los fondos para investigar el alzhéimer o el cáncer infantil no va a eliminar las críticas al asesinato indiscriminado de niños en Gaza.

Todas estas medidas forman parte de una ofensiva para ejercer el control del contenido de la educación universitaria e inculcar el espíritu antidemocrático, nacionalista y racista del que está imbuido el actual Gobierno norteamericano. Una campaña para destruir los cimientos de la educación independiente.

No puedo evitar preguntarme qué pensaría uno de los descubridores del ADN, o el investigador que explicó cómo el cerebro procesa la información visual o el recientemente premiado por descubrir los micro-RNA, todos ellos premios nobeles miembros de la comunidad de Harvard, ante la embestida de una corte de ignorantes.

Por supuesto, en nuestro país ya han surgido voces de apoyo a la censura de Trump, imagínense dónde, bajo el argumento de que la ideología debe estar fuera de los campus, siempre que no sea suya, claro.

No hay más que ver la velocidad de creación de nuevos chiringuitos privados para darse cuenta de que lo de fuera de los campus es relativo.

Así están las cosas. Las universidades y la investigación científica norteamericanas tendrán problemas porque no están preparadas para que las gobierne un asno lleno de certezas. ¡Hiaa, hiaa!