Sánchez y las plagas

OPINIÓN

Diego Radamés | EUROPAPRESS

02 may 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Piensa Abascal que cuando los dioses quisieron liberar al pueblo elegido, el suyo, de la presionante ignominia en la que lo había metido la permanente incapacidad del PP, permitiendo que Sánchez se hiciera con el Gobierno de España, pensaron en él como liberador, y mientras devoraba una zorza ardiente, de picante, saciada con caldos de la Ribeira Sacra, se comprometieron a echar al usurpador.

Es cierto que el anterior episodio de liberación de los dioses, el del pueblo de Israel, todavía está dando coletazos ahora, y ha convertido a los oprimidos en opresores de una forma absolutamente controvertida. Pero también es cierto que las plagas que ha sufrido el actual presidente, que han llegado por intervención divina o humana, no tienen parangón con ningún otro mandatario de la histeria de España.

Una pandemia, un volcán, una guerra a las puertas de Europa, una dana, un apagón... no sé si alguna vez un presidente del Gobierno ha tenido que lidiar con tantas crisis. Lo que sí sé es que Sánchez afrontó una crisis de sustitución en su partido, entró por una crisis del PP que terminó en inesperado éxito de una moción de censura, gobierna con un Ejecutivo de coalición que da la impresión de estar en permanente crisis, y se mueve como pez en el agua en las sucesivas crisis por las que ha ido pasando.

Tenemos un presidente que ha conseguido hacerlo todo mal y que España vaya bien, algo casi imposible de comprender, pero que cada día se hace más evidente. Y eso a pesar del imperio de los oligopolios, que están haciendo que el mercado deje de ser un espacio de competencia y se convierta en un reparto acordado de posiciones y precios entre los tres, cuatro o cinco grandes de cada sector; y seguro que de eso también tiene la culpa Pedro Sánchez.

El problema no es cómo se produjo el apagón, el problema es quién es el responsable. A mí no me basta con el descriptivo de la sincronía entre la producción de energía y la demanda, el problema es por qué se produce eso, y, antes incluso, si esto tenía que haberse producido está en la lógica de algún sector estratégico.

Señalar a los responsables es una construcción ideológica sobre la solución del problema. La derecha señala a las renovables, la izquierda a los masivos beneficios de las eléctricas en estos años. Mientras los españoles pagábamos el precio más alto de la historia por la energía, las cinco grandes eléctricas tenían beneficios equivalentes al presupuesto de una comunidad autónoma como Galicia.

El problema de la polarización es que nos obliga a ver todo como blanco o negro, cuando lo más importante es encontrar soluciones combinadas que protejan a los ciudadanos. Pero a eso no se puede llegar si no eres capaz de reconocer algo de lo que ofrece la otra parte con lo que negociar.

Hoy unos hablan del éxito de la recuperación en un día y otros del fiasco producido por el sanchismo. Ni un solo votante se ha movido de sus posiciones, para ganarle a Sánchez hay que llegar a sus votantes, para sus votantes, si hay otra plaga, que la gestione Sánchez.