El silencio

Ruth Nóvoa de Manuel
Ruth Nóvoa DE REOJO

OPINIÓN

Toni Albir | EFE

03 may 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Musicalmente tengo la edad de mis hermanos mayores porque yo escuchaba lo que escuchaban ellos. En realidad escuchábamos lo que había. Pero nos lo pasábamos bastante bien. Superada la etapa de las dos cintas del Seat 127 —el Dúo Dinámico y Mocedades— y de Carrusel Deportivo, que tantos mareos me provocó, me encantaba que mi hermana mayor nos llevara en el Ibiza, estrenando el carné. Cantábamos todos los temas de El grito del tiempo de Duncan Dhu. Todavía tenemos esa cinta en casa de mis padres, con la foto en blanco y negro de la carátula. En este contexto no es raro que mi primer concierto fuera uno de La Guardia. Recuerdo en qué calle estaba instalado el escenario y que yo estrenaba unos vaqueros blancos que me había costado meses conseguir. Esta semana se presentó un festival que traerá a la banda a Ourense. Mientras tanto, El último de la fila anunciaba una gira. Y yo me pregunto si estamos preparados para tantas dosis de nostalgia. Pienso en si el regreso de los grupos con los que forrábamos las carpetas —mis hijas no tienen opción de forrar el Chromebook, pobres— nos va a hacer sentir más jóvenes o más viejos. Lo que cuenta, tratándose de música, es que nos haga sentir bien. Como el lunes. Cuando ese ruido que tanto me enervaba de pequeña, el de la radio cuando no sintonizas bien la emisora, se convirtió en una suerte de arrullo en pleno apagón eléctrico. Las niñas me pedían que dejara encendido el aparato mientras celebraban su primera cena a la luz de las velas, aunque la situación no fuera romántica. La ausencia de sonidos les resultaba estruendosa. Pena que la cinta de Duncan Dhu estuviera en casa de mis padres. Hubiera sido oportuno El grito del silencio.